Caso ERE
El «conseguidor» sale de prisión tras pagar 200.000 €
La familia de Juan Lanzas abona la fianza tras el levantamiento del embargo de varias cuentas y después de siete meses en la cárcel
Sevilla- El «conseguidor» ya está en la calle, siete meses y 200.000 euros de fianza después. Juan Lanzas, uno de los alfiles de «la trama de los ERE» –el hombre que, según informó LA RAZÓN, regaba con vinos premium a altos cargos de la Administración, el que descolgaba un teléfono y gestionaba ayudas– era el antepenúltimo imputado en prisión provisional. Sólo quedan entre rejas los ex directivos de Vitalia María Vaqué –225.000 de fianza tras la última rebaja– y Eduardo Pascual –que debe reunir 300.000 euros–. La trama suma ya 133 imputados.
El ex sindicalista de UGT salió –raudo, con gafas de sol, igual que entró en el furgón policial, y arropado por su hija– al filo de las 21:00 de la cárcel de Sevilla-I, donde permanecía desde el 22 de marzo acusado de los delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, falsedad documental, asociación ilícita y cohecho, en el marco de la «operación Heracles», que investiga el supuesto cobro de «sobrecomisiones» por parte de las mediadoras de las pólizas de los ERE. Según fuentes de su defensa, el pago de la fianza fue posible tras el levantamiento, por parte de la juez Alaya, del embargo de varias cuentas bancarias a nombre de los padres y una hermana de Juan Lanzas. Según las mismas fuentes, los familiares y amigos del «conseguidor» han abonado parte de los 200.000 euros de fianza (que anteriormente era de 300.000 euros y previamente de 450.000) mediante un aval presentado en el Juzgado de Instrucción número 6. El resto ha sido pagado en metálico en Jaén.
La magistrada atribuye a Lanzas un «exagerado enriquecimiento» de más de 13 millones de euros (a los que la Guardia Civil suma 16 viviendas), conseguido mediante sobrecomisiones del 20 y hasta el 29% sobre el coste final de la pólizas de seguro contratadas y en las que el «conseguidor» actuaba de mediador. En el último auto de rebaja de la fianza señalaba también que el imputado podría incluso «haber ocultado sus bienes». La juez considera que «según avanza la instrucción, se clarifican y concretan los hechos inicialmente imputados» a Lanzas «y su papel protagonista tanto para la obtención de los fondos públicos por terceros obviando el procedimiento legalmente establecido, como para canalizar las ganancias, siendo el verdadero artífice de la constitución de distintos entramados societarios y siendo» asimismo «nexo común en varias de las diferentes líneas de investigación que se vienen llevando a cabo». Según la Guardia Civil, «Juan Lanzas compaginó la labor de 'conseguidor' a favor de los profesionales» con «el desarrollo de la labor de intermediación entre empresas en crisis y la Junta de Andalucía». En su declaración del pasado 24 de octubre, el empresario Jorge Andrés Morell, imputado por la conexión del fraude con su empresa, aseguró que Lanzas le pidió 1,2 millones por su mediación «porque tenía que repartir con gente de la Junta de Andalucía».
Según avanzó LA RAZÓN, UGT pagó ocho millones a empresas tapadera de Lanzas. El atestado policial revela las conexiones entre el ex temporero y el sindicato a través de los fondos de formación. Durante su estancia en prisión, Lanzas ha hecho gala de su capacidad de adaptación al medio. Fue nombrado «responsable de módulo» y «coordinador de actividades», según varios medios. Algunos presos se quejaron, incluso, de un supuesto trato de favor. En el tiempo que coincidió privado de libertad con el ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero, fueron inseparables. Las diligencias de la Guardia Civil ya subrayaban su «estrecha relación».
«¿Si yo tuviera tantos millones como dicen, iba a estar recogiendo aceitunas?», comentaba Lanzas en los pasillos del juzgado en los recesos de las 20 horas de declaración previas a su entrada en prisión, ya con la certeza de que esa noche «iba pa'lante». La Guardia Civil halló bajo un colchón y dentro de una máquina de escribir más de 80.000 euros en billetes de 100 y 500 esa misma jornada. Se buscó un zulo en su pueblo, Albanchez de Mágina (Jaén), con varios millones de euros, que no ha aparecido. «Vengo a apechugar», comentaba. «Nadie dice que durante cinco años conseguí los mejores convenios de España», rumiaba. «Si yo no tengo estudios, ¿cómo iba a montar este entramado con empresas pantalla y testaferros?», alegaba. «Quizá era el tonto del pueblo que pasaba por allí», fueron sus palabras en la comisión del Parlamento. También era el hombre que resolvía ERE con Zarrías y Ruiz Mateos en el despacho de Presidencia, según declaró Carlos Leal Bonmati, su ex jefe en Estudios Jurídicos Villasís. El «tonto del pueblo» o el más listo de la clase ya está libre.
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