Andalucía

El Defensor da la voz de alarma sobre el juego y los menores: “Se nos ha ido de las manos”

Maeztu urge a reformar la “vieja legislación” para prohibir la publicidad y controlar la ubicación de las salas de apuestas y el acceso

El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, presentó la semana pasada en el Parlamento su informe anual
El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, presentó la semana pasada en el Parlamento su informe anuallarazon

Maeztu urge a reformar la “vieja legislación” para prohibir la publicidad y controlar la ubicación de las salas de apuestas y el acceso

El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, registró este viernes su informe anual específico en materia de menores, ya que también ostenta la Defensoría del Menor, en el que además de incidir en el riesgo de pobreza que afecta a uno de cada cuatro menores andaluces y en la necesidad de reformar el sistema de protección para responder a las necesidades de los menores extranjeros no acompañados, dedica un análisis específico a un tema que admite resulta “preocupante” y ante el que lanza una voz de alerta porque “se nos ha ido de las manos”. Se trata del problema del juego en los menores, ante la proliferación de las apuestas deportivas y las facilidades que ofrece internet para burlar los controles.

Maeztu denunció que la regulación actual es “muy antigua” y no delimita bien cuestiones como la diferencia entre salones recreativos y centros habilitados para las apuestas deportivas, donde pese a estar prohibida la entrada a menores al igual que en bingos o casinos, “la realidad” es otra. La OCU hizo una prueba con un menor y un mayor de edad en 36 locales de varias ciudades españolas, entre ellas Sevilla, y en 15 de ellos ambos pudieron entrar sin ninguna restricción (entre ellos tres de los seis establecimientos sevillanos en los que se realizó).

El Defensor alerta de que “ya pasó con el alcohol y con la droga” y “hoy todo el mundo juega”, por lo que ya hay voces de expertos que alertan “riesgo de perder una generación por el juego de azar al igual que antaño se perdió otra por el consumo de drogas”.

Según el último informe de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción, un 4,7% de los menores españoles de entre 14 y 17 años juega con frecuencia y un 3,4% a veces. La encuesta Estudes del Ministerio de Sanidad sobre adicciones de 2018, realizada a 35.239 alumnos de ESO, apunta a un 6% de adolescentes que ha jugado apostando dinero por internet y a un 14% que lo ha hecho presencialmente. También Mapfre ha realizado un estudio este año que eleve la cifra a un 7% de jóvenes que apuestan online con frecuencia y un 8,3% a veces, siendo Andalucía la comunidad con una tasa más alta con un 11,8% de menores jugadores. En los centros ambulatorios de la red pública para el tratamiento de adicciones, el año pasado fueron tratados 686 menores, un 1,6% por juego patológico y de ellos el 1,9% era reincidente.

Son algunos de los datos estadísticos que recopila el Defensor del Menor en su informe, si bien Maeztu reclamó que se haga un estudio específico para poder tener una radiografía de una problemática sobre la que mostró su preocupación e instó a tomar conciencia porque “está causando ludopatía y trastornos psicológicos profundos en etapas importantes del desarrollo de los niños”, además de dramas económicos en las familias.

Para Maeztu, una de los principales cambios legislativos debe atacar la “publicidad sin escrúpulos” con la que “estos niños son bombardeados” usando además como reclama a famosos que son referentes para ellos, como deportistas de elite. Como dato, el número de anuncios de juego pasó en un año de 860.000 en 2016 a 2,7 millones en 2017 y 1,2 millones en el primer semestre de 2018. En Andalucía, el año pasado se restringió el horario de emisión en televisión a entre la una y las 5 de la madrugada pero el Defensor apuesta por ir más lejos y prohibir la publicidad de juegos de azar en todo soporte, además de usar la recaudación en campañas de prevención y concienciación “como se ha hecho con el tabaco y el alcohol” y en un plan específico de inspección en los locales, incrementando también las sanciones. Respecto a la ubicación de estos, reclama también un mayor control ante el auge de los mismos cerca de centros escolares y en barrios vulnerables, cuya población es carne de cañón para buscar en el juego la salida de la pobreza. “Es que se lo están poniendo en bandeja”, lamentó.