Elecciones andaluzas
El déficit de gestión y su repliegue tras las primarias, ejes de las críticas a Díaz
La presidenta, que en el último debate anunció su «compromiso insobornable» con Andalucía, tendrá que rehacer su estrategia
Los dos debates sobre el estado de la comunidad celebrados en Andalucía en esta legislatura han estado supeditados al calendario orgánico del PSOE Federal. El primero de ellos, que se desarrolló los días 19 y 20 de octubre de 2016, se pospuso hasta que se aclarara la situación interna de los socialistas, que finalmente acabó el 1 de octubre con el traumático Congreso Federal en el que Pedro Sánchez dimitió tras la maniobra de los barones socialistas que lideró la presidenta andaluza. El segundo debate se desarrollará el próximo miércoles y la fecha se ha fijado una vez conocido el desenlace de las primarias del PSOE, que han acabado con la derrota de Díaz y el regreso de Sánchez a la secretaría general.
Las diferencias entre ambas citas son evidentes. Susana Díaz llegó en octubre de 2016 tras una demostración de fuerza interna en su partido y con la aureola de lideresa nacional que más pronto que tarde acabaría haciéndose con las riendas del principal partido de la oposición. Ahora, la imagen es totalmente la contraria. La derrota en las primarias ha resquebrajado su imagen de «ganadora» sobre la que gravitó su campaña interna y se ha visto obligada a centrarse en conservar la presidencia de la Junta, un objetivo al que muy posiblemente va unido su futuro político. El problema principal es que Díaz carece de un relato político sólido y envolverse en la bandera andaluza cuando hace unas semanas aspiraba a hacer la oposición a Rajoy no es sencillo.
«Creo y trabajo por el protagonismo de Andalucía, precisamente porque entiendo que es la forma de expresar en lo concreto mi compromiso rotundo e insobornable con nuestra tierra», dijo en la tribuna del Parlamento el pasado 19 de octubre al comienzo de su discurso durante el debate sobre el estado de la comunidad. Meses después, el tiempo ha demostrado que ese «compromiso insobornable» no era tal y que sus aspiraciones –legítimas– no pasaban por Andalucía. ¿Y ahora qué? Ése será uno de los frentes que deberá atajar en la Cámara porque la oposición se lo recordará permanentemente hasta las próximas elecciones autonómicas, una cita que de haberse cumplido su hoja de ruta inicial el PSOE andaluz hubiera tenido que afrontar con otro candidato.
El segundo problema de Díaz no tiene nada que ver con las cuestiones internas del PSOE y lo acompaña desde que asumió la presidencia de la Junta de Andalucía en 2013: el déficit de gestión de sus Gobiernos, otra de las críticas recurrentes desde la oposición. La crisis económica ha restringido el margen de maniobra para distintas actuaciones pero la falta de empuje político no es únicamente una cuestión presupuestaria. Existen varios ejemplos y un repaso por sus palabras de octubre lo corroboran.
«Hemos retomado en este año los cursos de formación con el objetivo de revertir el empleo perdido durante la crisis económica. En total se destinan más de 142 millones de euros a las nuevas convocatorias para los cursos y para las acciones de formación profesional para el empleo», dijo. La realidad es otra y casi siete meses después aún no se han retomado las acciones formativas.
También lamentó que «hay 13 millones de personas que están en riesgo de exclusión social (...). Y ese es un paisaje inasumible, y es una forma de gobernar absolutamente inaceptable». Andalucía, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) sigue en cabeza en población en riesgo de pobreza y exclusión social. De hecho, la tasa andaluza supera en más de un 13 por ciento la media nacional.
En educación, Díaz presumió de que «gracias a la puesta en marcha del Plan de Inversiones en Infraestructuras Educativas 2016-2017, dotado con 107 millones de euros, se van a llevar a cabo nuevas actuaciones de construcción, ampliación y reformas de centros educativos en toda Andalucía». En varios centros públicos, los escolares han ido esta semana en bañador a los colegios debido al calor que soportan. La respuesta de la consejera del ramo, Adelaida de la Calle, es que el «aire acondicionado no es aconsejable».
Y en lo que se refiere a sanidad, la realidad es que las grandes protestas se han amortiguado, aunque el malestar continúa y el plan de verano en los centros hospitalarios puede avivar el conflicto.
Lo que sí ha dado un respiro a Díaz es el paro, ya que Andalucía roza los tres millones de ocupados. A la recuperación económica se aferrará en su discurso.
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