Política

Catástrofes y Accidentes

El pocero insiste en que tapó la cavidad en la que cayó Julen

Declara ante la jueza que tras la tragedia comprobó que habían rebajado la zona y ya no estaba la piedra con la que él cerró el agujero

Antonio Sánchez declaró ayer ante la jueza que investiga la caída al pozo de Totalán en el que murió Julen / Foto: Efe
Antonio Sánchez declaró ayer ante la jueza que investiga la caída al pozo de Totalán en el que murió Julen / Foto: Efelarazon

Declara ante la jueza que tras la tragedia comprobó que habían rebajado la zona y ya no estaba la piedra con la que él cerró el agujero

El empresario que ejecutó el pozo de la localidad malagueña de Totalán al que cayó el pequeño Julen el 13 de enero, Antonio Sánchez, ratificó ayer ante la juez que instruye el caso que cerró la prospección con una piedra de grandes dimensiones y tierra, durante su declaración en calidad de testigo en el procedimiento que investiga las causas del fallecimiento.

«Lo tapé todo muy bien y todo fue perfecto» subrayó en una comparecencia que se prolongó por espacio de 45 minutos en la que explicó ante la magistrada cómo dejó la cavidad tras comprobar que no tenía agua, cómo se la encontró tras el accidente y algunas concreciones sobre la misma. Quiso con su testimonio dejar claro que el pozo estaba a unos 45 centímetros por debajo de la cota donde había dejado la piedra y dentro de una zanja en forma de L, para evidenciar que tras su trabajo se hicieron movimientos de tierra en la zona y quitaron la roca.

Con anterioridad, a su llegada a la Ciudad de la Justicia de Málaga señaló a los periodistas que tenía intención de ratificar lo manifestado ante la Guardia Civil al afirmar que «no tengo otra historia». Según Sánchez, cuando volvió a la parcela, ya tras la caída del pequeño, comprobó que habían rebajado la zona y ya no estaba la piedra, ya que según él luego «se hizo una zanja».

Su abogado, Javier Rodríguez, detalló a los periodistas que cuando se efectúa una prospección de forma previa siempre se pone una boquilla de hierro para evitar que la tierra que sale vuelva a caer dentro y que en este caso, su cliente una vez comprobado que no había agua retiró dicha boquilla. Al retirarla, se creó un derrumbamiento que dejó sobre el pozo como un pequeño cráter sobre la que el pocero colocó la piedra, a la espera de que una máquina retirase los 6.000 kilos de tierra que había alrededor del pozo, e insistió en que «es imposible retirarlo con una pala y él no tenía medios para ello».

En la mañana de ayer también compareció como testigo el ayudante el pocero y la persona que efectuó la zanja junto al talud cercano a la perforación y ambos se ratificaron en las declaraciones que hicieron en primera instancia ante la Benemérita.

Hoy declararán los agentes de la Guardia Civil que participaron en el rescate del niño así como el ingeniero de Caminos y Canales que coordinó los trabajos, Ángel García Vidal.

Pago de los trabajos

Precisamente, el Consejo de Gobierno dio ayer luz verde al pago de 664.194 euros de las obras para el rescate de Julen, al aprobar la declaración de emergencia de esos trabajos, paso imprescindible para afrontar el pago.

El Gobierno andaluz, en su reunión semanal, tomó formalmente conocimiento del acuerdo de la entonces consejera de Justicia e Interior en funciones, Rosa Aguilar, quien declaró de emergencia la ejecución de las obras que se llevaron a cabo. Este paso era necesario para afrontar el pago de los trabajos, que la Junta asumirá en su totalidad.

Más de 300 personas participaron de manera coordinada en las tareas de rescate desarrolladas entre el 13 y el 26 de enero, cuando el niño fue localizado muerto en el interior del pozo.