El portavoz de la Junta pide un «bozal» para el obispo de Córdoba

Después de que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, criticara en una carta pastoral que la igualdad de género «destroza la familia» y sitúa al hombre «por encima de Dios», el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, reclamó para el prelado un «bozal» por su «fanatismo religioso» y por «pisar charcos que incomodan a la inmensa mayoría». En su blog personal, y bajo el título de «Un bozal para monseñor», Vázquez arremete contra el prelado de Córdoba, calificándolo de «representante genuino del fanatismo religioso». «Monseñor se ejercita de provocador azuzando polémicas que chocan contra los derechos individuales y colectivos recogidos en la Constitución», asegura, tildando sus críticas de «ataque frontal contra la ideología de género, es decir, contra la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres».

A juicio de Vázquez, a Fernández «le gusta más la sección femenina, las amas de casa serviles y sumisas a sus esposos, ese arquetipo de la mujer que tanto defiende la derecha», por lo que la opinión del obispo «se adentra hasta el tuétano en los terrenos de la misoginia, el machismo y la discriminación por razón de sexo».

En este sentido, le recuerda que «la igualdad entre el hombre y la mujer no sólo es una cuestión de justicia social y de respeto a nuestro marco constitucional, sino también una demostración de sentido común». «¿Por qué tenemos que desaprovechar la inteligencia y el talento de más de la mitad de la población en beneficio del conjunto de la sociedad y el progreso?», se pregunta.

En su carta pastoral, Fernández hizo una defensa del modelo de familia tradicional. «Será iluso, como si la felicidad y el desarrollo personal sólo se hallaran al amparo de sus preceptos trasnochados», subraya el portavoz del Gobierno andaluz.

Igualmente, Vázquez aprovecha la ocasión para censurar la reforma educativa del ministro Wert. «La religión obligatoria en los centros públicos supone la imposición de un adoctrinamiento no acorde a los tiempos que corren», puntualiza, al tiempo que lamenta que «se ha fulminado la asignatura Educación para la Ciudadanía, además de los valores y principios que inspiran la Constitución y nuestro marco de convivencia».