Lucha contra el desempleo

El retorno de los mercados

La Junta consigue colocar deuda a largo plazo después de «atravesar muchos meses con escasa o nula demanda». El coste es el problema: paga el triple que el Gobierno

La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo
La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayolarazon

Sevilla- Después de seis años de inclemente crisis, que en Andalucía ha supuesto doblar el número de parados (1.440.400, el 35,79 por ciento, según la EPA del segundo trimestre), hay algunos datos que comienzan a mover al optimismo. Y que indican que está en marcha la escalada por el palo final de la «W» que, como vaticinaban muchos expertos, ha resultado ser el trazado de esta grave depresión económica: 2008 y 2009 años horribilis, mejoría en 2010 y 2011, nueva recaída en 2012 e inicio de despegue –se espera que hacia una salida definitiva– en 2013.

Uno de estos indicadores es la clara mejoría en el comportamiento de las subastas de pagarés de la Junta de Andalucía, una arteria fundamental de financiación. La inestabilidad económica de la región ha provocado que durante gran parte de la crisis los mercados no se fiaran de la comunidad, a la que le habían dado la espalda. Por eso, a pesar de que Andalucía estaba dispuesta a ofrecer pingües beneficios a largo plazo, Hacienda no era capaz de colocar pagarés a más de seis meses. Todas las subastas quedaban desiertas. Sin embargo, en los seis primeros meses del año, el resultado de las subastas que ha llevado a cabo la Dirección General de Tesorería de la Consejería de Hacienda ha sido muy diferente. En enero la Junta colocó deuda a tres y seis meses y en febrero fue incluso peor: sólo a tres. La tendencia se rompió en marzo, acudiendo los mercados a pagarés a 12 y 18 meses –únicamente los de 9 meses quedaron desiertos–. Entre abril y junio, todo el abanico de ofertas –3, 6, 9, 12 y 18 meses– contó con una respuesta de inversores. La variación en un año es sustancial. En mayo y junio del año pasado, la Junta sólo colocó, y a duras penas, pagarés a tres meses.

En el Ejecutivo autonómico reina cierto optimismo en este terreno. En las seis primeras subastas Hacienda ha emitido 180 millones de euros, con lo que el saldo vivo del programa se incrementa en 151 millones. No obstante, el indicador más llamativo es un interés de los inversores que va más allá de la deuda a corto plazo, después de «atravesar muchos meses con escasa o nula demanda en los plazos más largos», tal y como reconocen fuentes de la Consejería de Hacienda a este periódico.

El problema sigue siendo el coste. La última subasta publicada en el BOJA es la de junio. La Junta pagó un tipo marginal del 2,9 por ciento por los pagarés a tres meses, un 3,08 por los de seis, el 3,35 por los de nueve, el 3,4 por los de 12 y el 3,7 por ciento por los de 18 meses. El Gobierno central, sin embargo, pagó en junio por las letras del tesoro a tres meses un 0,9 por ciento –en mayo sólo el 0,3–, un 0,8 por las de seis, un 1,49 por las de 9 y un 1,42 por las de 12. En comparación, la Junta está pagando el triple por sus pagarés a corto plazo –tres y seis meses– y más del doble por los de largo.

La Junta quiere ver la botella medio llena. Y en este sentido, las mismas fuentes de la Consejería de Hacienda esgrimen que en mayo, por ejemplo, los pagarés a tres meses se gratificaban a un 2,51 por ciento, esto es, 58 puntos básicos por debajo de la emisión de enero. La titular de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, también ha argumentado en el Parlamento que tipos de interés del entorno del 4 por ciento pueden ser muy elevados o no dependiendo de con qué se compare. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) formaliza préstamos con la Junta al 6 y el 7 por ciento. La operación de pago a proveedores de 2012 la paga la Junta al 5,43% y el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) que dispone el Gobierno para las regiones, al 5,25 por ciento.

Estas comparaciones no contentan a la oposición, que reconoce que los tipos de interés están bajando, pero que cree que el coste de la financiación es llamativamente elevado y puede convertirse en un círculo vicioso de difícil salida y díficilmente soportable. Así las cosas, el gasto financiero presupuestado en 2012 se elevaba a 818 millones, mientras que en 2013 se ha disparado hasta los 1.064. 250 millones de diferencia. Un coste de tres millones de euros al día.

En cuanto a los motivos de la mejora de la subasta de pagarés, fuentes técnicas consultadas por este periódico coinciden en señalar el control de la prima de riesgo y la estabilización económica de España como factores esenciales. Deuda nacional y autonómica funcionan en paralelo al estar todas las emisiones regionales bajo el paraguas del Banco de España.