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El Rocío despierta del sueño de la romería

Cuatro días ha durado en la aldea del Rocío el sueño más esperado por los rocieros, el que cada año, coincidiendo con el Lunes de Pentecostés, se torna real con la celebración de la Romería de la Virgen del Rocío que les brinda la oportunidad de verla en su paseo a hombros de los almonteños.

Después de la presentación de las 114 hermandades filiales ante la Hermandad Matriz de Almonte entre el viernes y sábado, la Misa de Romeros ayer por la mañana y el rezo del Santo Rosario al inicio de esta madrugada, el momento culmen de la romería se producía a las 3.13 horas, cuando el simpecado de la Matriz llegaba al santuario desatando el fervor de todos los que esperan en su interior y se producía el "salto de la reja".

De este momento singular, mezcla de emoción y entusiasmo, son protagonistas cada año los almonteños más jóvenes que no esperan a que se abra la verja tras la que se encuentra la Virgen y la saltan adelantándose para bajar a la imagen de su presbiterio y hacerse con sus andas para poder dar inicio a la procesión.

Algo ha sido este año diferente: hasta la llegada del simpecado la calma y la organización reinaban en la ermita, pero la salida de la Virgen desde el altar hasta el dintel se ha prolongado durante 25 minutos, cuando en otros años se hacía apenas en tres, debido a la gran cantidad de gente que se agolpaba en el interior que ha impedido mantener libre la planta central del Santuario.

Con esfuerzo y trabajo los almonteños lograban, tras varios intentos, cargarse el paso a los hombros y dirigirse hacia la explanada lateral de la iglesia, esa que se funde con la marisma de Doñana, para permitir a la Virgen del Rocío encontrarse con sus fieles, y devolver la visita a todas y cada una de las 114 filiales, comenzando por la de Huévar (Sevilla).

Un recorrido en el que la también conocida como Reina de las Marismas ha recibido numerosas muestras de amor hechas emoción, plegarias y canción, en el que los vivas, las palmas y rezos que comenzaban aún con la noche sobre la aldea continuaron con las primeras claras del día y prosiguieron hasta las 12.53 horas, momento en el que, después de que el cielo se llenara de color como consecuencia de la lluvia de pétalos que dedica la Hermandad Matriz de Almonte a su patrona, la Virgen volvía a su santuario.

Y lo ha hecho escoltada por un cordón humano protagonizado por los almonteños para posibilitar el avance del paso hasta su presbiterio precipitando el final de una procesión en la que han sido numerosas las veces que han tenido que posar el paso de la Virgen en el suelo ante la imposibilidad de continuar por la gran cantidad de gente.

Un paseo de nueve horas y media en la que nunca ha estado sola, a pesar del calor que se ha dejado notar con la salida del sol, en el que ha sentido el arrope de sus devotos y en el que como es habitual se han vuelto a vivir momentos mágicos e inolvidables y a presenciar estampas tan tradicionales como "los vuelos"de los niños a manos de los costaleros para ser acercados lo más posible para que puedan tocar el manto de la Virgen.

La procesión de la Virgen del Rocío ha puesto punto final a una celebración, la de la Romería del Rocío, en la que fe, devoción, folclore y diversión se entrelazan hasta el punto de atraer cada año a cientos de miles de peregrinos y visitantes.

Atrás quedan días para el recuerdo, de convivencia, hermandad, emociones y sentimientos en torno siempre la Virgen a la que profesan su fe y que ya se tornan nostalgia por lo vivido y por tener, de nuevo, que esperar 12 meses para volver a disfrutarlo y por tener que iniciar el camino de vuelta.

Ello propiciará que en pocas horas se desactive el Plan Aldea, y vuelva a entrar en vigor el Plan Romero, que vigilará que todos los rocieros vuelvan a sus casas sin problemas, a pesar de que serán menos los que regresen por los mismos caminos que los han visto acercarse a lo largo de la semana pasada a El Rocío.