Sociedad

El sindicato USO avisó hasta 6 veces por escrito de fallos en ascensores del Valme

La Inspección de Trabajo rechazó dos veces las denuncias y la dirección del hospital señala que, tras las reformas desarrolladas entre agosto y octubre de 2016, desde diciembre de ese año no constan avisos

El marido de Rocío Cortés, José Gaspar, y su padre, Juan Manuel Cortés
El marido de Rocío Cortés, José Gaspar, y su padre, Juan Manuel Cortéslarazon

La Inspección de Trabajo rechazó dos veces las denuncias y la dirección del hospital señala que, tras las reformas desarrolladas entre agosto y octubre de 2016, desde diciembre de ese año no constan avisos

La tragedia del domingo en el hospital sevillano de Valme, en la que una joven madre, Rocío Cortés, perdió la vida, tras dar a luz a su tercera hija, cuando era trasladada de la sala de despertar a planta a causa de un «traumatismo craneal severo» producido por un ascensor–que se accionó con las puertas abiertas mientras un celador sacaba la camilla, quedando la víctima aprisionada entre plantas–, ha entrado de lleno en el terreno de la política. PP y Cs piden la comparecencia en el Parlamento de la consejera. Podemos presentará una proposición no de ley sobre la revisión de los elevadores. El colectivo Marea Blanca de Sevilla convocó una concentración ayer en las puertas del centro hospitalario para denunciar «los recortes» y «las privatizaciones» en la sanidad. En la misma, la Unión Sindical Obrera (USO) criticó que en los últimos años efectuó numerosos avisos orales a la dirección, así como escritos. Entre septiembre de 2015 y diciembre de 2016, presentó hasta seis documentos ante diferentes instancias acerca de distintos percances con los elevadores. La actual dirección del centro hospitalario, al cargo desde hace apenas un mes, indicó que «los escritos de denuncia» señalados «tienen fecha anterior a la finalización de las obras de mejora realizadas entre agosto y octubre de 2016». Así es a excepción de un último aviso, al que también accedió LA RAZÓN, efectuado el 16 de diciembre de ese año en el que se alertaba de problemas con el ascensor número 2 del recinto. El elevador en el que Rocío Cortés perdió la vida fue el número 3. Posteriormente, el 21 de diciembre, USO pidió información sobre «el número de incidencias de los ascensores», originales, con actualizaciones, de 1982.

A la manifestación, en la que se congregó un centenar de personas, entre ellas una veintena de sanitarios, acudieron el padre, Juan Manuel Cortés, y el marido de la víctima, José Gaspar. Ambos aludieron a los recortes como una de las causas de la muerte de Rocío Cortés y exculparon al celador. Un compañero del mismo, Victorio Carcela, delegado sindical en Valme, explicó que si en el momento de los hechos hubieran estado dos celadores en lugar de uno «lo que habría provocado sería la pérdida en dos familias». Carcela señaló que se avisó a la Inspección de Trabajo en junio de 2016, quedando archivada la denuncia, y el 6 de octubre de 2016, cuando se abrió un expediente que finalmente también fue archivado. Aparte, en septiembre de 2015, USO avisó a la dirección gerencia –a cargo entonces de María Dolores Alguacil y cuya dimisión de su actual puesto como directora general de Asistencia Sanitaria pide la Marea Blanca– de los «retrasos» que causaban los elevadores a los trabajadores por su lentitud o sus averías. En febrero de 2016 se dio aviso a la dirección económica-administrativa por la programación, las paradas entre plantas y la incorrecta señalización. En mayo de 2016 se denunció al director de servicios generales que sólo funcionaba un elevador y que el número 2 marcaba «plantas que no existen». También se indica que al número 3, en el que ocurrió el suceso, se le quitó el freno en las puertas, ocasionando problemas en el cierre y apertura. En agosto de ese año, también al subdirector de servicios generales, se vuelve a incidir en el freno del ascensor 3, que paraba «en escalón» y del «despiste de plantas» con el 2. En octubre de 2016 se mandó a la Inspección la segunda denuncia, tras rechazarse la primera, con partes de trabajadores afectados por el ascensor número 2. Entre agosto y octubre de ese ejercicio, el hospital aprovechó la reforma del centro para la mejora de los ascensores. El último de los avisos que consta es de diciembre de 2016, al subdirector de servicios generales y también sobre el elevador 2. Desde el 21 de diciembre de 2016, cuando USO pidió un balance de «las incidencias en los ascensores» a la dirección del centro, hasta la fecha no constan nuevos avisos a la dirección. USO denunció que no hubo respuesta a las denuncias. El Hospital de Valme incidió en que «todos los escritos de denuncia sobre los ascensores tienen fecha anterior a la finalización de las obras de mejora realizadas entre agosto y octubre de 2016. Estas actuaciones de mejora en los tres ascensores centrales supusieron una inversión de 58.873 euros, que incluyeron entre otras: modernización interior, mandos y señalizaciones, sistemas de detección de presencias, sistemas de precisión en la nivelación de paradas y sistema de control de tráfico de ascensores». El centro recordó que «las dos posibles denuncias a la Inspección de Trabajo, se supone que quedarían archivadas, como reconoce la propia organización sindical, puesto que no tenemos constancia de ellas». El Valme señaló que la última inspección de mantenimiento -que según la normativa se establece con una empresa conservadora de ascensores autorizada- del ascensor accidentado fue en mayo de 2017 y la última preventiva este 12 de agosto. La dirección pidió prudencia y «evitar especulaciones» en el marco de la investigación judicial abierta. La Policía aún espera los informes técnicos para cerrar su atestado.