Tribunales

El TSJA condena al SAS al pago de 201.605 euros por una amputación

Un vecino de Chiclana perdió una pierna por un error de diagnóstico

La consejera de Salud, María Jesús Montero
La consejera de Salud, María Jesús Monterolarazon

La Sala Cuarta del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la sentencia dictada por el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 9 de Sevilla, en la que condenó al Servicio Andaluz de Salud (SAS) al pago de 201.605 euros, más intereses de mora y costas, por haberle amputado una pierna por un error de diagnóstico a un paciente de Chiclana (Cádiz).

Según informó ayer el bufete Ortiz Abogados, los hechos se remontan a enero de 2008, cuando el paciente J. L. M., de 65 años de edad, acudió al Servicio de Urgencias del hospital de la localidad gaditana de Puerto Real, derivado de un ambulatorio de Chiclana.

El enfermo entró por Urgencias, dispositivo en el que «tan sólo le hacen una radiografía de la rodilla», según los abogados.

El facultativo que le atendió le informó, tras recibir el resultado, que padecía de artrosis, por lo que le recomendó «reposo y le vendó la pierna, desde el muslo hasta la pantorrilla, con vendas elásticas y lo remitió al médico de cabecera diez días después», explicaron.

No obstante, el paciente no pudo esperar a que transcurriera ese plazo y a los nueve días de llevar puesto el vendaje acudió de nuevo al hospital, «porque el pie estaba amoratado y muy frío».

Debido a ello, le derivaron al Servicio de Cirugía Vascular y Angiología de las instalaciones de Puerta del Mar, «donde le dieron el diagnóstico definitivo de que presentaba un problema circulatorio», aunque «gran parte de los tejidos de su pierna tenía una gran necrosis que obligaba a amputar, perdiendo su pierna izquierda por amputación».

La sentencia del Alto Tribunal andaluz, contraria al SAS –dependiente de la Consejería de Salud que dirige María Jesús Montero– declara ahora probado que en la primera visita al hospital de Puerto Real, las pruebas efectuad –únicamente una radiografía– «son claramente insuficientes», atendiendo a los síntomas del paciente y a los antecedentes del mismo en ese mismo hospital, lo que desembocó posteriormente «en un error de diagnóstico y en un tratamiento que agravó la enfermedad».