«En la atención primaria nos sentimos ninguneados»

Acaba de llegar al cargo y a la nueva consejera de Salud, Marina Álvarez, ya se le acumulan las reivindicaciones de los diferentes colectivos sanitarios. Uno de ellos, el de los médicos de atención primaria, ha alzado la voz para denunciar que se sienten «ninguneados de manera constante desde hace muchos años», hasta el punto de asegurar que sus condiciones laborales «son las peores del sistema sanitario». Así lo denuncian en una carta, remitida por la vocalía de atención primaria del Sindicato Médico Andaluz (SMA) a la consejera, a la que desean «suerte en su nueva andadura, que la va a necesitar».

En la misiva, los facultativos lamentan que «siempre hemos sido el patito feo de la asistencia sanitaria», puesto que la asignación a los centros de salud «sólo supone el 14,2 por ciento del gasto sanitario público». «A la Administración le interesa más invertir en aquello que tiene más repercusión, como la última técnica diagnóstica o terapéutica que tiene el hospital o los trasplantes».

Especialmente «leoninas» son las condiciones laborales de los dispositivos de apoyo, «sin jornada regulada, cuadrantes de guardias y sin saber a dónde tienen que ir a trabajar al día siguiente». Hace varios meses empezaron las reuniones para concretar mejoras, pero todo acabó en «barro en el suelo, cortina de humo y jugar a enredar para que todo quede difuminado». En cuanto al tiempo que dedican a cada paciente, aseguran que la media está en cuatro minutos, por lo que «no pasamos consulta, sino que ‘despachamos’ a los clientes con prisas, sin recetar mucho, sin pedir muchas pruebas y sin derivar porque cuesta dinero, y a ser posible sin que no haya reclamaciones».

Otro colectivo que sufre una «clara discriminación» es el de los médicos de los dispositivos de cuidados críticos y urgencias (DCCU), que «no cobran nocturnidad ni festivos». También reclaman mejoras para los odontólogos y los integrantes del cuerpo A4. Por todo ello, a la vocalía de atención primaria no le extraña que la especialidad de medicina familiar «quede relegada año tras año a los últimos puestos del MIR». De hecho, alerta de que «un gran número» de médicos de familia «vuelven a presentarse al MIR para hacer otra especialidad porque en primaria no hay quien pueda trabajar bien y tener el reconocimiento que se merecen». En definitiva, se han convertido en un «muro de contención que sólo sirve para parar la avalancha de pacientes que acuden al sistema sanitario público».