Teatro

Sevilla

Fantasía artesanal «Aseismanos»

Una compañía de títeres cargada de «responsabilidad» por «educar»

Compañía de Teatro de Títeres a «Aseismanos»
Compañía de Teatro de Títeres a «Aseismanos»larazon

Un garaje, un simple cuartillo o un dormitorio sirvieron para el nacimiento de grandes empresas. Steve Jobs y Steve Wozniak (Apple), Bill Gates y Paul Allen (Microsoft), Larry Page y Sergey Brin (Google), Bill Hewlett y David Packard (HP) o el mismísimo Walt Disney junto con su hermano Roy tuvieron inicios humildes y convirtieron sus geniales ideas en verdaderos imperios. El reto de los cuatro componentes de «Aseismanos», encerrados en una nave en La Rinconada (Sevilla), no es ése. Tampoco aspiran a arrebatar protagonismo a Jeff Dunham, al que muchos consideran el mejor ventrílocuo del mundo junto a su marioneta «Achmed, el terrorista muerto». Cuando los sevillanos Sergio Fernández, Mario Copete, Valentín Donaire y Mario Díaz montaron su propia compañía de títeres en junio de 2012, el objetivo era algo tan sencillo, y difícil a la vez, como vivir «dignamente» del teatro, al que habían estado vinculados desde siempre como profesionales técnicos, transmitir de la forma más bonita, a través de los niños, valores y ofrecer un buen diversión para toda la familia. Y en esa misión siguen, con valentía, con independencia y, sobre todo, con la «responsabilidad» que supone

«educar desde un escenario».

El reconocido autor, director, actor y creador de marionetas malagueño Ángel Calvente y su compañía «Espejo Negro» sirvieron de inspiración a Mario Copete, el alma máter del grupo. Al poco tiempo ya estaban encerrados preparando su primer espectáculo a contrarreloj, «con jornadas de veinte horas diarias», recuerdan. En mes y medio montaron «Historias Fabulosas», proyecto con el que ganaron el certamen «Desencaja», y que les permitió la difícil tarea de entrar en los circuitos de programación de Andalucía. Después de más de cien funciones por toda la comunidad, ya tienen un segundo trabajo, «Momó y la habitación mágica». La compañía «Aseismanos» –era el número con el que pretendían que todo funcionara detrás del telón pero la complejidad y afán por crear la mejor escenografía elevó la cifra a ocho, pero sin necesitar técnico– empieza a hacerse un nombre en el mundillo de las artes escénicas. Nuevos proyectos a corto plazo, solicitudes de colaboración de otras compañías, ofrecimientos para sumarse al proyecto y una gran cualidad: la capacidad de cubrir entre los cuatro, gracias a las formación técnica de cada uno, todas las necesidades creativas: guión, escenografía, diseño de marionetas, iluminación, distribución...

«Tenemos una idea y entre todos le damos forma», explica Sergio. «Presentarnos como actores es lo más duro, pero eso la marioneta, cuyo manejo al fin y al cabo es también una técnica, es como un espejo protector y, a la vez, te abre muchas posibilidades: puede volar, nadar, bucear, desmembrarse... y cada gesto genera el contacto con el público», afirma entusiasmado Copete.

«Aseismanos» destaca por su «autonomía», pues ofrece una cobertura en dotación técnica difícil de hallar en las artes escénicas. «Aprovechamos todo lo que sabemos hacer», dice Valentín. «Nuestro objetivo es que nuestra función sea igual e el Maestranza que en el salón multiusos de un colegio», recalca Sergio.

Todos irradian satisfacción por hacer lo que más les gusta. «No conocemos a nadie que se haya hecho millonario, pero trabajamos de manera muy digna», insiste Mario Díaz. «Es una carrera de fondo y reinvertir lo que ganamos significa abrirnos puertas en el futuro».

Porque hay algo que tienen claro, huyen de las subvenciones. «Somos autosuficientes y valoramos mucho nuestra independencia. Queremos mantener nuestro carácter artesanal», explica Sergio. La ilusión se aprecia en sus rostros. «Es muy gratificante para nosotros», dice Mario Díaz, mientras desvelan algún secreto del tercer proyecto que verá la luz en mayo, «Cabaret», esta vez para adultos.