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Andalucía

Francisco Serrano: «En España tenemos una dictadura disfrazada de democracia»

El diputado de Vox ha pasado de ser un juez condenado por prevaricación culposa y rehabilitado luego a liderar un grupo parlamentario de 12 diputados en Andalucía

Francisco Serrano, diputado de Vox en Andalucía / Ke-imagen
Francisco Serrano, diputado de Vox en Andalucía / Ke-imagenlarazon

El diputado de Vox ha pasado de ser un juez condenado por prevaricación culposa y rehabilitado luego a liderar un grupo parlamentario de 12 diputados en Andalucía.

¿Tiene vértigo?

Ha sido como el renacer del ave fénix, de las cenizas. Vértigo hay porque es una responsabilidad muy grande, pero asumo siempre los retos, no me considero cobarde y nunca me he rendido.

Se definen como un partido de nueva derecha, ¿eso qué es?

Defendemos principios con los que pueden estar de acuerdo muchísimos españoles, incluso algunos con un sentimiento de izquierda. Hacemos política sin complejos y desde luego como no se nos puede definir es como extrema derecha. Somos de extrema necesidad, coherencia y lucha contra la corrupción.

Quieren redefinir el maltrato, ¿en qué sentido?

En el contrario a lo que lo ha hecho el Supremo en una sentencia dictada por un magistrado que venía del observatorio de violencia de género. El maltrato machista se dará en una situación de desigualdad y relación de poder del hombre sobre la mujer, que habrá de redefinirse en cada momento, y que entonces exigirá unas normas de discriminación positiva, nunca con el automatismo que ha establecido este magistrado con perspectiva de género, pero sin sentido del Estado de Derecho ni de la aplicación del artículo 14 de la Constitución. Decir hoy, en el siglo XXI, que la mujer por el hecho de serlo se es inferior al hombre es un disparate.

Según datos de la Fiscalía, las denuncias falsas por violencia de género desde 2009 a 2016 resultaron ser el 0,0075%...

Nosotros manejamos otros datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, del Consejo General del Poder Judicial, estudios de la Fiscalía y del Ministerio del Interior que son reales. La información se interpreta a veces como a uno le interesa concluir. Es como si para demostrar que no hay pobres en España, hago una encuesta en la Moraleja. A lo mejor si se hace otra en Galapagar, sale que los dos únicos son los que cuidan del casoplón de Iglesias y Montero. Asistimos a cómo las estadísticas, también los informes, se cocinan al gusto de quien las encarga.

Defienden la expulsión de 52.000 inmigrantes ilegales, ¿de dónde sale esa cifra?

De la Policía, que le ha pedido a la Junta que haga el favor de hacer cumplir la Ley de Extranjería. Tienen retenidos sus pasaportes porque para darles la tarjeta sanitaria han de tenerlos. La Policía quiere esa información para que se cumpla la ley y la Junta se la ha negado por «buenismo». Al final está perjudicando incluso a los inmigrantes que por dignidad tienen que vivir no sólo de ayudas sino de un trabajo y a muchos españoles. Como dice Maíllo –líder regional de IU–, hay un 40% de andaluces en riesgos de exclusión que crecerá porque no los podemos ayudar como debemos ante ese aluvión de gente que entra.

¿Han pedido a los médicos que delaten a esos inmigrantes clandestinos?

No. Los médicos no tienen obligación de dar ninguna información. Cómo les vamos a pedir que cumplan con algo que sería contrario a la Ley de Protección de Datos y a la del Paciente.

Pretenden sustituir la Ley de Memoria Histórica por otra de Concordia que se diferencie en esencia ¿en qué?

Hay que tener memoria de la historia y ser asépticos, objetivos e imparciales. Habrá episodios que nos gustarán más y otros menos, pero es la que es y hay que mirarla desde la concordia, como se hizo en el periodo de la Transición. La ventaja que tenían los ciudadanos que estaban bajo la dictadura de Franco es que sabían que lo era y luchaban por las libertades. Ahora hay otro tipo de dictadura liberticida y nos están coartando derechos y libertades.

¿Una dictadura de quién?

De una izquierda que intenta meternos sus valores y una derecha con otros que se está acobardando. Quieren ganar a través de la violencia en las calles lo que no ganan en las urnas. Tenemos en España una dictadura disfrazada de democracia, la peor que existe. Vox quiere revertirla para que haya una limpia, donde todos podamos disfrutar de nuestros derechos y libertades.

¿Juanma Moreno será investido o se echarán atrás si Cs no acepta la Consejería de Familia, por ejemplo?

Sí. Tenemos un pacto con el PP, vamos a exigir esas medidas y además haremos oposición porque no nos conformamos sólo con ella. Si luego Cs pacta con la izquierda para que no salgan adelante, que se retraten. Lo pagarán en las urnas porque los intereses de España se miran de los Pirineos para abajo.

Al final no ha habido foto...

Le trasladé a Marín –candidato andaluz de Cs–que nos necesitan para el cambio y que no somos lo que dice Valls. Muchas cosas de las que defiende hoy Vox lo hicieron en 2016 Rivera o Toni Cantó. Ese veletismo... Cs es el partido más marxista que existe, «groucho marxista», de «tengo mis principios, pero si no te gustan, tengo otros».

Hay quien asegura que tras el documento firmado con el PP hay otro pacto inconfesable, ¿es cierto?

Claro, claro... Vamos a multiplicar por tres los 12 diputados...

La izquierda augura que será una legislatura corta por la conflictividad entre los tres actores, ¿comparte vaticinio?

No. Desde la moderación y la prudencia vamos a acabar con 37 años, que íbamos a otra segunda transición de dictadura en Andalucía. La gente en la calle respira con alegría porque el cambio era necesario.

¿Se quedará Susana Díaz en la oposición?

Tiene todo el derecho, pero que no diga que han ganado siempre las elecciones porque en 2012 lo hizo el PP y gobernaron por el juego legítimo de las mayorías, como Sánchez en el Gobierno, en ese caso con partidos anticonstitucionalistas y antiespañoles.