Francisco Onieva

Frente común por las oposiciones

Sindicatos y academias coinciden en que el recurso presentado por interinos para frenar la incorporación de cinco mil nuevos profesores no prosperará. «Es el ruido de todos los años. No sería una decisión justa», dicen

Opositores, durante pruebas realizadas en la comunidad autónoma
Opositores, durante pruebas realizadas en la comunidad autónomalarazon

El 20 de abril se registró en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) un escrito contra las oposiciones de educación que arrancarán en junio. La Asociación Nacional de Interinos y Laborales (ANIL) no quiere que se celebren, no al menos con las bases aprobadas por la Junta. «Es el mismo ruido de todos los años. Hacen falta docentes y no sería una decisión justa», reflexiona Francisco Onieva, director de Academias Unitec en Málaga. También sindicatos representativos de funcionarios, CSIF; e interinos, Ustea, coinciden en la necesidad de que el procedimiento continúe sin dilación. «Nosotros no vamos a estar mirando los distintos recursos que se pongan, que decidan los tribunales», advierte el sindicato CSIF.

«Lo importante es que el proceso de matriculación y selectivo se lleve a cabo con diligencia y con las máximas garantías y haya cinco mil funcionarios de carrera más» después del verano. El presidente del sector de Enseñanza, Francisco Hidalgo, puntualiza que «CSIF tiene claro que se ha firmado un acuerdo a nivel nacional para la estabilización del empleo y la forma de hacerlo es mediante convocatorias públicas. Por eso hemos apoyado esta convocatoria amplia. Y pensamos que va a seguir por su proceso normal». Su deseo es que las pruebas «se desarrollen con normalidad a partir de finales de junio –se baraja para el arranque el sábado 23 de junio–». De la misma opinión es el sindicato de interinos Ustea. El 21 de abril reeditaron la protesta de marzo pero a nivel provincial. Están en desacuerdo con los términos de la convocatoria realizada por la Consejería de Educación con la que mantienen contacto dentro de la Mesa sectorial. La última la abandonaron por la postura inamovible mostrada por la Junta con sus peticiones: activar una segunda vía para el acceso del colectivo a puestos que ocupan desde hace años –sin derechos laborales adquiridos– o que las fases de examen no sean eliminatorias adquiriendo así mayor peso la experiencia en la docencia pública. «No optamos por la paralización. Entendemos que el sistema de acceso es muy injusto y buscamos cambiarlo», detalla Pedro del Pozo, responsable de acción sindical de Ustea Enseñanza. «Habría que darle una vuelta a todo, empezando por los temarios y la propia estructura de las pruebas, además de tener unos tribunales poco modernos». En este sentido, lamenta que el pasado sindical de la actual consejera no haya jugado a su favor: «Tiene más conocimiento, pero no más sensibilidad con el tema», critica Del Pozo. Ustea se ha sumado, junto a CGT, a la huelga indefinida que se iniciará el próximo 14 de mayo y que adelantó el pasado viernes LA RAZÓN.

Los centros Unitec acumulan más de 25 años preparando a aspirantes a la docencia. Su director corrobora que un curso es suficiente para afrontar con solvencia un examen de este tipo. «Uno tiene que ponerse el gorro de opositor y dedicarle cinco o seis horas diarias a estudiar», relata sobre la dureza de la preparación. En los grupos, que suelen reunirse viernes por la tarde y sábados, hay personas dedicadas en exclusiva a prepararlas y otras que lo compaginan con un empleo. Él ni siquiera contempla la opción de que el TSJA admita el recurso. «Creo que no prosperará. No está fundamentado en absoluto y hacen falta docentes. No sería una solución justa», argumenta Onieva. Respecto al método de selección, opina que «era injusto que primara tanto la experiencia porque gente mejor preparados que los interinos aprobaba sin plaza. Tiene que valorarse en su justa medida, pero no puede ser definitoria», insiste. «Ahora es un momento dulce para los opositores porque saldrán miles de plazas en los próximos cinco años. No es lo mismo cuando hay una para cada 30 aspirantes. Tienen más alicientes». Su apuesta pasa igualmente por cambiar el acceso a la docencia, estableciendo el llamado «MIR educativo» que evaluaría y formaría a los profesores durante varios años, como ocurre con los médicos. «O hay un gran pacto político en Educación o seguirá ocurriendo lo mismo», concluye.