Religion

Historia del Rocío

La Razón
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Algo hay en esa aldea. Algo tendrá la ermita a la que, cada año, peregrinan miles de romeros. Quién sabe si la Virgen blanca del Rocío guarda el secreto de los alquimistas. La Hermandad matriz de Almonte conserva, desde 1758, un documento donde se narra la leyenda de la aparición: «Entrado el s. XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre que había salido a cazar, hallándose en el término de la Villa de Almonte, en el sitio llamado de La Rocina». La conocida historia del cazador que se postró ante la imagen de la Virgen. La romería o peregrinación al Rocio aparece documentada en uno de los primeros elementos que parece atestiguar su existencia: el simpecado primitivo, que se encuentra en Villamanrique de la Condesa, datado hacia el s.XVI. Desde entonces, un buen número de hermandades se acercan cada año hasta la aldea almonteña. Caminos como el de Moguer, Sanlúcar o el que atraviesa la barca de Coria para adentrarse en la marisma. Todos convergen en su ermita. Una Virgen que se asocia por Pentecostés con la venida del Espíritu Santo, siendo mundialmente conocida como la Blanca Paloma. Fue Triana la que ideó la primera carreta de plata tras la sublevación de 1868. Y, posteriormente, otras muchas filiales. Y surge el júbilo, la devoción, las vivencias de una peregrinación única. Y también el cante, como en la sevillana de Manuel Pareja-Obregón: «Silencio por la Marisma,/ los ángeles van cantando,/ Almonte es la gloria misma,/ la Virgen está bajando, silencio./ Los trinos de los jilgueros,/anuncian el nuevo día,/ y entonan con los romeros,/ un Dios te salve María, silencio./ Alegría, alegría,/ la Virgen bajó del cielo / 'pa' salir de romería,/ 'pa' ser patrona de Almonte, y Reina de Andalucía».