Sevilla

IU moviliza a sus militantes para cargar contra las políticas de Rajoy

La Razón
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sevilla- IU quería imprimirle a la celebración del Día de Andalucía un carácter reivindicativo y convertirse así en el contrapunto de una jornada marcada por los actos institucionales y el oropel de los discursos y los galardones. Sin embargo, la manifestación que organizó ayer en Sevilla no sirvió para reclamar a la Junta más empleo, una lucha más activa contra la corrupción o un refuerzo de las políticas sociales para cubrir las necesidades de los más desfavorecidos. La marcha se convirtió en una cascada de consignas contra las políticas de Rajoy y las últimas leyes que ha promovido su Ejecutivo.

Un centenar de autobuses desembarcó en las inmediaciones del centro de la capital hispalense cargados de militantes de las ocho provincias. Muy lejos quedaba aquella manifestación del 4 de diciembre de 1977, en la que los andaluces, independientemente de su ideología, tomaron las ciudades para reclamar la autonomía. La de ayer era una marcha en la que participaron militantes de la coalición de izquierdas y del Partido Comunista. Sólo y exclusivamente, porque ni siquiera asistió el socio de gobierno (PSOE) ni representantes de los sindicatos.

Las cifras demuestran el relativo éxito de la convocatoria. IU anunció días antes que esperaba reunir a unas 10.000 personas. Ayer hizo un balance mucho más triunfalista, calculando alrededor de 20.000 asistentes. La Policía Nacional se encargó de rebajar los ánimos. Estimó que, desde la Puerta de Jerez hasta la plaza de San Francisco –donde acabó la protesta–, se dieron cita entre 4.200 y 4.500 manifestantes.

Se trataba, por tanto, de una manifestación en clave interna, en la que el coordinador regional, Antonio Maíllo, se dio su primer gran baño de masas. En el arranque de la marcha estuvo arropado por los consejeros de IU –Diego Valderas, Elena Cortés y Rafael Rodríguez–, aunque abandonaron poco después para asistir a la entrega de las medallas que se celebraba en el cercano teatro Maestranza.

La organización se fue encargando de entregar uno a uno banderas de IU y del Partido Comunista. Pocas de Andalucía, que se dejaban ver entre las republicanas. «Aborto libre y gratuito», «habrá revolución si no hay solución» o «sí se puede» fueron las consignas más repetidas. «La fuerza de Andalucía, la fuerza de la movilización» era el emblema que encabezaba la marcha. En su discurso, Maíllo se encargó de dejar bien claro el objetivo de la convocatoria: «Estamos aquí para decir 'no' a la troika, a Rajoy y a los recortes». Aseguró que «ahora comienza un nuevo ciclo de movilizaciones», encaminado a «cambiar el modelo social y productivo de Andalucía». Y lanzó una advertencia: «Si el ministro Montoro quiere hacer más recortes, habrá que consultar al pueblo soberano».

También se encargó de meter prisa a los consejeros de la coalición que forman parte del Ejecutivo andaluz para que se aprueben una serie de medidas legislativas, como la creación de la banca pública y las leyes de participación ciudadana, de transparencia, de energías renovables, de memoria democrática y contra la violencia de género, entre otras. «IU se lo cree, ¿nos lo creemos o no?», se preguntó.

Si no fuera por el himno de Andalucía que se cantó al final –con un intento por parte de los asistentes de corear la Internacional cuando se marchó la dirección–, el acto bien podría haber sido un mitin de campaña.

Junto a esta movilización, varios colectivos que mantienen conflictos abiertos con la Junta protestaron frente al Parlamento y el teatro Maestranza. Tal fue el caso de los monitores de apoyo administrativo. Alrededor de 80, según la Policía, mostraron su rechazo a la decisión de la Consejería de Educación de sacar a oferta pública de empleo sus plazas. Los empleados del Infoca y de Puleva –afectados por despidos– y miembros de la Corrala Utopía –que viven sus horas más tensas antes de su desalojo– también aprovecharon la presencia de los respresentantes políticos para hacerse oír.

«Menos marketing y más política»

Los mensajes que ayer se lanzaron desde la manifestación convocada por IU no tenían como objetivo el Palacio de San Telmo, sino el de la Moncloa. Los dirigentes de la coalición de izquierdas apenas se refirieron a la Junta o a sus políticas. El coordinador regional, Antonio Maíllo, sí dejó entrever una crítica hacia la presidenta del Ejecutivo, Susana Díaz, al denunciar que «Andalucía necesita menos marketing y más trabajo político». El coordinador provincial, Manuel Gutiérrez Arregui, sí la nombró para afearle las reuniones que ha mantenido con los representantes de grandes empresas. «Díaz estrecha la mano de los poderosos, de los que manejan millones de euros», denunció.