Andalucía

José Manuel Mariscal Cifuentes: «Veo factible que aquí ocurra lo mismo que en Cataluña y ganemos las elecciones»

El secretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA) defiende la alianza con Podemos para crear un proyecto ambicioso que gobierne y cambie este país

José Manuel Mariscal Cifuentes
José Manuel Mariscal Cifuenteslarazon

El secretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA) defiende la alianza con Podemos para crear un proyecto ambicioso que gobierne y cambie este país

–¿El 85 por ciento de apoyo a la confluencia con Podemos era el resultado esperado?

–Hemos superado el número de 20.000 participantes y eso es muy importante. Y el resultado me parece ampliamente satisfactorio. No esperaba tanto, la verdad.

–¿Qué tienen en común Podemos e IU y qué los separa?

–Son dos proyectos políticos distintos con dos maneras de entender la realidad social y de abordar los problemas de la gente. Lo que creo que nos une es un alto grado de coincidencia en asuntos relacionados con el rescate social. Muchas de las medidas de nuestros programas electorales son compatibles como la derogación de muchas de las leyes que el PP ha puesto en marcha en esta legislatura, especialmente la reforma laboral, la de las pensiones, la Lomce y del Código Penal. Esos serían los cuatro asuntos fundamentales. Y luego en tratar de poner una política económica al servicio de la gente. También nos une la posición contraria a un entendimiento de la Unión Europea como corsé que trata de incidir en las políticas que se desarrollan en los distintos países. Por ejemplo, el PSOE se diferencia del PP simplemente porque quiere alargar un año el cumplimiento del déficit pero no se cuestiona de raíz los principios de la política económica. De hecho, ambos impulsaron la reforma del artículo 135 de la Constitución. Y sí tenemos diferencias de enfoque en la moderación o no de la aplicación de las medidas

– ¿Por qué ahora sí y hace cuatro meses no?

–Nosotros no nos hemos movido de nuestra posición y durante el verano buscamos espacios de encuentro. No nos pusimos de acuerdo porque la pretensión de Podemos era que nos empotrásemos en sus candidaturas y no queríamos diluir un programa político de esa forma. Además, incluso quitando Cataluña y Galicia IU obtuvo casi un millón de votos en las pasadas elecciones, pero que con la injusta ley electoral solo nos dio dos escaños. La posibilidad de multiplicar la incidencia y arrebatarles diputados al PP, a Ciudadanos y al PSOE en muchas circunscripciones es un objetivo políticamente legítimo.

–¿El Partido Comunista a qué aspira dentro de esta gran confluencia?

–A que nuestras medidas programáticas y elementos de reivindicación social se conviertan en hegemónicos dentro de este bloque. Somos un partido pequeño pero con una fuerte militancia y raigambre en Andalucía con agrupaciones e infraestructuras.

–Esa gran confluencia debería luego pactar con el PSOE. ¿Es factible?

–El PSOE tendrá que volver a optar entre un acuerdo con Ciudadanos o si volvemos a la mesa a cuatro que los socialistas abandonaron bien porque es víctima de su ideología o porque está secuestrado por los lobbies e intereses del Ibex35, no se por qué y no voy a juzgarlo, pero tendrá que decidir.

–Enfrente de ese acuerdo estará Susana Díaz, que os define como la «vieja izquierda».

–Desconozco el papel interno que ha jugado Susana Díaz. Teniendo en cuenta cómo se nos echó del Gobierno andaluz y las llamadas de Felipe González, algo tendrá que ver en que no hubiera acuerdo. Ellos tendrán que aclararse y ver qué ha pasado en la socialdemocracia europea que ha perdido en los últimos diez años 20 puntos de apoyo electoral en los países que forman parte de la UE. En el caso de Susana Díaz, me imagino que dentro de los equilibrios internos del PSOE no le interesará mucho bajar de los 22 diputados en Andalucía.

–¿Es posible el «sorpasso» en Andalucía?

–No me gusta el término pero veo factible que ocurra lo mismo que en Cataluña y en Galicia. Tenemos que ser capaces de defender mejor que nadie los intereses de Andalucía y recuperar el espíritu del 4 de diciembre porque ese capital político se ha dilapidado en manos del PSOE en estos 30 años. Vemos cuál es el tipo de nacionalismo andaluz de Susana Díaz: el PSOE-A parece el partido nacional de Andalucía.

–Sergio Pascual aseguró en este mismo foro que el acuerdo de Podemos e IU era una especie de matrimonio de conveniencia. ¿Comparte esa definición?

–¿Se refería al suyo con Pablo Iglesias? Si ellos quieren utilizar esos términos para relajar sus tensiones internas no lo voy a valorar. Yo creo que no lo va a ser, y eso se verá en cómo se cierre el acuerdo. No es una tabla de salvación de dos fuerzas políticas, nosotros lo afrontamos a la ofensiva. A nosotros se nos ha llamado desde distintas sitios señalándonos que no nos vayamos con Podemos porque podríamos sacar 15 escaños solos.

–¿Qué encuestas dicen eso?

–Unas encuestas que la gente que nos ha llamado dicen que tienen.

–¿Pero quiénes?

–La ofensiva del PSOE desde los primeros días que apareció la posibilidad de esta confluencia ha sido muy llamativa. Nos congratula que después de tantos años el PSOE esté preocupado por nuestra desaparición, es una cosa increíble. También nos decían lo mismo cuando el PC impulsó Convocatoria por Andalucía y ahora están muy preocupados. No será mala idea pasar de 2 a 15 diputados como IU pero lo que queremos es gobernar y cambiar este país.

–¿Y cómo va a evitar el PC e IU esa fagocitación por parte de Podemos?

–Dentro de los escaños de esa confluencia tendremos nuestro espacio. En anteriores legislaturas IU estuvo en el Congreso con la Chunta e Iniciativa per Cataluña, incluso hicimos grupo con Esquerra Republicana, que eso sí fue de conveniencia. Pero estamos buscando una coalición como lo fue en su día Convergencia i Unió en la que cada partido político tiene su propia identidad y desarrolla su propia actividad y desarrollaremos durante la campaña acciones de carácter común y otras en las que cada uno defenderá su programa electoral comprometiéndonos a un programa de mínimos que pactemos.

–¿Podemos para vosotros es, por tanto, un partido de izquierdas en el que se puede confiar?

–Hay de todo como en botica. Confío plenamente en los caballeros, como hacían antiguamente y se daban la mano. Cuando afrontas un proceso de este tipo o lo haces desde la confianza o es imposible avanzar. Podemos ha venido planteando que el eje izquierda-derecha no servía para entender la política en nuestro país y creo que la realidad ha hecho que nos demos de bruces porque el eje izquierda-derecha sigue explicando muchísimas cosas. La gente y el pueblo trabajador entiende perfectamente ese eje y los medios nos definen como frente de izquierdas. Las medidas que acordemos llevarán un tinte progresista y de izquierdas. Subir la fiscalidad a las rentas altas y bajar el IVA de los productos básicos o apostar por la rebaja de la edad de jubilación me parece que son medidas de izquierdas.

–¿El hastío por la falta de acuerdos y el aumento de la abstención supone un temor para la coalición de izquierdas?

–Sí, ese temor existe. Lo vemos lógico pero creo que el acuerdo con Podemos le da la vuelta a eso. Es una novedad con respecto a las elecciones del 20 de diciembre y además resuelve las dudas de mucha gente que no sabía si votar a IU o Podemos. La confluencia puede motivar incluso que gente que se abstuvo nos apoye.

–¿El PSOE puede tratar de sumar votos de IU por ese acuerdo con Podemos?

–Puede intentarlo, pero creo que al PSOE también se les pueden ir muchos votos hacia Ciudadanos. Políticamente sí detecto que el PSOE con su acuerdo con Rivera y el pacto en la Junta ha legitimado el apoyo a C’s. Así que o se deciden a pescar en el caladero de la izquierda donde cada vez es más incongruente para ellos porque no se corresponde con lo que hace; o en el caladero del centro, donde aparece C’s. Además, se les puede volver en su contra algo que ellos han utilizado tantas y tantas veces en este país que es el voto útil. Si de lo que se trata es de echar al PP, el voto útil es el voto a la confluencia.

–¿Donde apostaría por colocar a Alberto Garzón, que es un activo muy valorado según las encuestas? ¿En Andalucía o en Madrid?

–Todo tiene sus ventajas e inconvenientes. Si va por Madrid es un espacio muy importante aunque iría por detrás de Iglesias y si va por Andalucía sería una apuesta de liderazgo potente. Lo más importante es que consigamos juntar a Beiras, Mónica Oltra, Baldoví, Ada Colau, Pablo Iglesias o Alberto Garzón en un gran acto. Las Ventas se nos quedaría pequeña, tendríamos que irnos a La Castellana.

–¿No hay un excesivo protagonismo por parte de Pablo Iglesias?

–El acuerdo electoral incluirá una propuesta de campaña y de discurso. Yo entiendo lo que está diciendo Pablo Iglesias desde el minuto cero y es que el PSOE y Pedro Sánchez tendrá que decidir. Estoy seguro de que lanzaremos los mensajes de forma coordinada entre Alberto y Pablo. No va a ser fácil

–¿Pero el desgaste de Iglesias no puede pasar factura a la confluencia?

–No es fácil cuando planteas una determinada línea política. Perder la virginidad en política tiene esos riesgos. En el día a día a veces aciertas o te equivocas. Sé que Pablo Iglesias habla mucho con Julio Anguita y estoy convencido que le habrá explicado en qué consiste un proceso en el que puedes pasar de ser el líder más valorado de un país al más calumniado y atacado. Sí es verdad que nosotros tenemos una cultura política distinta de liderazgos compartidos.

–Al final se va a votar a Pablo Iglesias.

–No, los electores van a votar a las listas de sus provincias y en 51 de las 52 circunscripciones no va a aparecer Iglesias. No se vota al presidente del Gobierno. Queremos que la sociedad vote ideas y propuestas programáticas y el orden constitucional nos da la razón.

–El día después de las elecciones esa confluencia deberá entenderse con el PSOE si quiere gobernar. ¿A los socialistas le van a temblar las piernas?

–Si todo sale bien será diferente

–Da igual, el PSOE con ustedes.

–Creo que al PSOE no le van a temblar las piernas para irse con la derecha y el centro de este país. No tengo ninguna duda.

–Pero sí para pactar con la confluencia de izquierdas.

–Sería una bomba que el PSOE, hoy por hoy, conociendo su programa, sus liderazgos y su trayectoria, decidiese apoyar un Gobierno con Pablo Iglesias a la cabeza.

–¿Entonces ve complicado llegar al Gobierno?

–Dependerá del PSOE. Va a haber una mayoría progresista en este país.

–Un acuerdo con el PSOE obligaría a diluir en parte ese programa de la confluencia.

–Estamos con un programa de mínimos que se parece mucho a la oferta que hicimos al PSOE para investir a Pedro Sánchez. Hay medidas claras como la derogación del artículo 135 de la Constitución o un plan de rescate ciudadano.

–¿Y el TTIP? El PSOE ha votado a favor de este acuerdo.

–La paralización de este tratado debería formar parte del acuerdo programático con Podemos porque nos afecta en cuestiones clave que facilita la explotación de los trabajadores. Y el PSOE vota en el Parlamento Europeo con el PP.

–¿El PC renunciaría a nacionalizar la banca o los sectores energéticos?

–Nacionalizar la banca no sería la primera medida. A lo mejor sería no privatizar Bankia. A nosotros se nos ocurrió no nacionalizar la banca, sino poner el germen de la banca pública en Andalucía y eso fue el prólogo del divorcio con el PSOE. Nos engañaron hasta tal punto que luego nos dimos cuenta que nos estaban diciendo que sí a muchas cosas en la ley porque sabían de antemano que esa ley no iba a ir a ningún sitio.

–¿También por ingenuidad de IU, no? De las más de 20 leyes que prometió Griñán en mayo de 2012 solo salieron dos.

–No es fácil aprobar leyes: servicios jurídicos, participación, hablar con el PSOE... Yo estoy muy satisfecho con la ley de función social de la vivienda que al final nos la tumbó el Constitucional.

–¿Y la reforma de la Constitución o la salida de la OTAN que defiende el PC? ¿Cómo abordáis ese asunto?

–Lo que sería necesario es abrir un proceso constituyente en el que el pueblo decida. Lo que tenemos claro es que la gente debe participar y desarrollar un proceso de construcción de un nuevo marco legal, aunque depende de los resultados electorales y las mayorías en el Congreso y en el Senado. La reforma del título VIII y de la Cámara Alta, junto a la Ley Electoral, son temas que se van a debatir. A mí me gusta leer los informes que publica FAES porque a los dos o tres años se convierten en leyes y ahora están preocupados con la legislación electoral y abogan por crear 350 circunscripciones y que, por ejemplo, la Campiña de Córdoba elija un solo diputado para que esté más cerca de los problemas de la gente. Eso es meter por la puerta de atrás un sistema mayoritario de representación a la británica que no creo que sea lo adecuado. A nosotros nos gusta más el modelo alemán.

–En Andalucía se ha creado un grupo de trabajo para reformar la ley electoral. ¿Puede llegar a buen puerto?

–No creo en ningún grupo de trabajo en el que el PSOE esté por medio y forme parte de un acuerdo político con ellos.

–IU también se lo exigió al PSOE.

–Sí y nos equivocamos antes porque para un sistema más proporcional sería necesaria una reforma del Estatuto de Autonomía otra vez. Es evidente que dejamos pasar una preciosa oportunidad y tuvimos una ingenuidad sana porque nos centramos en cuestiones programáticas y no en resolver cuestiones que afectaban a la representación de un partido.

–¿Ingenuidad es también la de C’s en el Parlamento de Andalucía? ¿O hay algo más?

–No sé. Me despistan mucho. Se vende que es una derecha europea, moderna, joven que no tiene el agotamiento que la corrupción ha provocado en el PP y tampoco tiene el estigma para el pueblo trabajador que puede tener el PP por venir de Alianza Popular... Los he escuchado hablar y, perdonádme la expresión, son más «fachas que el PP», pero luego defienden el aborto. Eso de no ser de izquierdas ni de derechas y tener que demostrarlo diariamente tiene que ser complicadísimo.