La ayuda en la que medió la CEA la acabó gestionando un empleado de banca detenido

Sevilla- La ayuda de 190.000 euros con cargo al «fondo de reptiles» que pagó la Dirección General de Trabajo a la cooperativa de aceite Virgen de Robledo de Constantina, y en la que medió la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), se tramitó a través de un «endoso» bancario, un «fenómeno anormal» para adelantar la liquidez de las ayudas y que se utilizó fraudulentamente en «la trama de los ERE», según recoge un amplio atestado de la Guardia Civil elaborado tras la reciente macrorredada contra los sindicatos que se saldó con una decena de detenidos. Uno de estos detenidos fue el empleado de la extinta Caja San Fernando (ahora Caixabank) Gerardo de la Cruz Elías. De la Cruz gestionó el «endoso» de los 190.000 euros que cobró la cooperativa Virgen de Robledo.

El convenio de la ayuda se firmó, como informó ayer este periódico, después de que el secretario general de la CEA, Antonio Carrillo, enviara un escrito al ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero, en el que se dirigía a él como «mi querido amigo Javier» y le pedía que valorara un proyecto de un «amigo en común».

El «endoso» está datado el 29 de julio de 2005. De una parte, Francisco Javier Guerrero –actualmente en libertad con cargos–, que acepta la operación bancaria. De otra, la Caja San Fernando, aceptando también «la cesión de los derechos de cobro realizados a su favor por la sociedad cooperativa andaluza Virgen de Robledo, correspondiente a la subvención concedida por importe de 190.000 euros». Se detalla el número de cuenta para hacer efectivo el ingreso. «El empleado de la Caja San Fernando de Sevilla y Jerez encargado de dicho trámite es Gerardo de la Cruz Elías», recoge el documento.

Dado este paso, la cooperativa de 250 socios presididada por Juan Miguel Mejías Ramírez ya podía disponer del dinero en la Caja San Fernando, para el acondicionamiento de una nave y la instalación de unos depósitos de aluminio para conservar el aceite. Sin embargo, el pago, y aquí radica lo extraordinario de este proceso bancario, lo hace efectivo otra entidad de crédito. La Agenda de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) dirige el 27 de diciembre de 2005 un fax al BBVA para que haga una transferencia de 190.000 euros de una cuenta de la Junta a otra de la cooperativa beneficiaria de la ayuda. El número de cuenta difiere del señalado en un primer momento para hacer el «endoso». El pago lo ordena y firma el entonces director de Administración y Finanzas de IDEA Juan Vela Quiroga–imputado en el escándalo de Invercaria–. En el documento está estampado el sello «pagado».

En la segunda fase de la «Operación Heracles» de los ERE afloró definitivamente la presunta connivencia de empleados de banca y entidades de crédito con la trama. Una de las formas de irregularidad es este «fenómeno anormal de los 'endosos'». Beneficiarios de las ayudas cedieron el derecho de cobro de éstas a favor de entidades financieras o las utilizaron como garantía en las operaciones de crédito, con el fin de «asegurarse los fondos subvencionados mucho antes de que formalizara el convenio entre Trabajo y la Agencia IDEA para librar el pago de las correspondientes cantidades».

A la Benemérita le llamó la atención la proliferación de estos «endosos» en la Sierra Norte, que siempre se apuntaran a un mismo número de cuenta, pese a tratarse de ayudas diferentes,y que el encargado de gestionarlos fuera siempre el detenido Gerardo de la Cruz Elías, ex jefe de zona de Constantina de la Caja San Fernando –el municipio donde está radicada la cooperativa Virgen de Robledo–, ex afiliado socialista y amigo del ex director general de Trabajo. Es posible que Guerrero, el empleado de banca detenido y el presidente de la cooperativa Virgen de Robledo se conocieran. A los tres les une el nexo común de Constantina, uno de los primeros destinos de Guerrero como director de la oficina del INEM.

Los agentes de la UCO apuntan que el «endoso» «se pudo idear como un sistema para defraudar fondos públicos y que sirvió como otra forma más de financiación». Además, no todos los «endosos» bancarios que gestionó Gerardo de la Cruz llegaron a los beneficiarios de las ayudas. Un ejemplo claro es el de la ayuda concedida a Dehesa Navera, una empresa cárnica radicada en otro municipio de la Sierra Norte de Sevilla: las Navas de la Concepción. Los 182.000 euros acordados y «endosados» se perdieron por el camino.