Andalucía

La crisis no cesa: Cáritas cifra en 1,5 millones los andaluces que viven en exclusión social

La pobreza ya no habita solamente en los barrios degradados, el 85 por ciento de las personas que atraviesan dificultades económicas severas viven en zonas que tienen buenas condiciones

Presentación ayer del VIII informe Foessa sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía / Foto: Manuel Olmedo
Presentación ayer del VIII informe Foessa sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía / Foto: Manuel Olmedolarazon

La pobreza ya no habita solamente en los barrios degradados, el 85 por ciento de las personas que atraviesan dificultades económicas severas viven en zonas que tienen buenas condiciones

«Hay familias que vienen sufriendo dificultades desde la época previa a la crisis». Así lo aseguró ayer el secretario técnico de la Fundación de Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (Foessa), Raúl Flores, quien destacó los problemas que tendrían estas familias si se nos viene encima una nueva recesión «de uno o dos años», puesto que lo tendrían «realmente complicado». Flores, junto al presidente de Cáritas Regional de Andalucía, Mariano Pérez de Ayala, presentó el VIII informe Foessa sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía de 2018, que cifra en 1,5 millones los andaluces en exclusión social y otro millón «al filo de la navaja».

Según el documento, dos tercios de la población andaluza han recuperado los niveles previos a la crisis, aunque de distinta forma. El informe diferencia dos tipos de sociedades. La de «las oportunidades», integrada por 5,7 millones de andaluces que «no tienen ninguna dificultad para su supervivencia», y la sociedad «insegura», donde se ubican un millón de personas que «disfrutan de una situación de integración, pero viven al filo de la navaja y tienen la certeza de que no se recuperarían se presentase una nueva crisis».

Se multiplican, por tanto, los problemas relacionados con la vivienda, la salud o el empleo. Personas que «han agotado la red de apoyo que les permitía salir a flote». Un total de 760.000 personas viven en la exclusión severa y más de 300.000 acumulan tantos problemas que se podrían considerar «descartados por la sociedad». Se trata de la huella principal de una crisis que no recupera los niveles previos «después de la gran recesión».

El informe destaca que la pobreza «se hereda». «Una persona nacida en un hogar con limitados recursos materiales y pocos ingresos económicos tiene más posibilidades de quedar instalado en la exclusión». La posibilidad de no terminar la ESO se duplica en los menores que padecen esta situación. Las mujeres sufren determinados factores que «dificultan o agravan el riesgo de exclusión», como una mayor dificultad en el acceso a la vivienda o la brecha de ingresos en el empleo o las prestaciones. Por ejemplo, la mujer «tiene que trabajar una hora y media más, dos si es inmigrante, para ganar lo mismo que un hombre».

Los perfiles son variados, aunque Cáritas traza el siguiente retrato: hombre español de 45 a 64 años, con hijos a su cargo, bajo nivel de estudios y en búsqueda activa de empleo. Además, la exclusión ya no se circunscribe a los barrios degradados. El informe señala que el 85 por ciento de las personas en esta situación viven en barrios en buenas condiciones. En los barrios degradados el porcentaje alcanza el 84%.