Algeciras

La foto es sólo el principio

La Razón
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El mismo día que Susana Díaz y Juan Ignacio Zoido se retrataron juntos para escenificar su unión en la lucha contra el tráfico de drogas, que mira si han tardado, la UE delegaba en España la negociación de los detalles del llamado Gibralexit, esto es, cómo va a encajar el Peñón en el escenario de la ablación británica del espacio común europeo. «Un pésimo día para todo el Campo de Gibraltar –lamentaba un residente en la zona– porque los narcos del Estrecho y los blanqueadores de dinero de la colonia son nuestros dos principales motores económicos». Las palabras contienen altas dosis de cinismo, desde luego, pero también amargura por el abandono histórico que sufre una comarca que en anteriores entregas hemos denominado aquí narco-marca. Unas cuantas noticias alarmantes han puesto el foco sobre La Línea, Algeciras y alrededores, lo que confirma que no hay mal que por bien no venga, y ahora es de esperar que esta súbita atención de las administraciones no se desvanezca como el rocío de la mañana, porque allí no se necesitan más fotos sino una paletada de millones de euros muy bien gastados. España, en la punta suroccidental del continente, está a cinco minutos de convertirse en un estado fallido y viene al pelo la moda de las biografías más o menos ficticias sobre Escobar, el Chapo u otros Sitos para que las autoridades reparen en que ese dinero, desmintiendo a Vespasiano (pecunia non olet), sí apesta. Hiede a marginación, a violencia, a yonquis zombis o muertos, a depauperación, a indigencia intelectual... Por encima del paro y del estado comatoso de la educación, los cárteles de la droga que se han enseñoreado de un pedazo de su territorio son el principal problema al que se enfrenta Andalucía. Derrotarlos es un reto del que depende, sencillamente, el futuro de la región.