Empleo
La Junta asfixia a la Olavide,a la que adeuda 16 millones
Es la más joven de Andalucía y la más pequeña, pero padece los mismos problemas que otras instituciones académicas centenarias. Las alarmas han saltado en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, a cuenta de los «constantes» recortes y una tasa de reposición de profesores que «no permite la consolidación de la plantilla», tal y como denunció ayer su rector, Vicente Guzmán. En el plano financiero, la deuda que mantiene la Junta de Andalucía asfixia a la institución. Este déficit asciende a 16 millones de euros y, englobando al Ministerio de Educación y a las entidades privadas, la cifra se sitúa en 23 millones. Por ello, Guzmán reclamó la articulación de un nuevo modelo financiero en el que no sólo primen los aspectos cuantitativos, es decir, el número de alumnos y profesores. «Somos los más perjudicados por este sistema», subrayó.
No obstante, la inclusión de la universidad en el Plan de Pago a Proveedores le ha servido para tomar oxígeno, traduciéndose en el abono de 11,1 millones de euros en facturas. La deuda con los proveedores, por tanto, ronda ahora los 7,5 millones.
La promoción del profesorado y la no inclusión de nuevos docentes en la plantilla es otro de los aspectos que está «lastrando» la institución, señaló Guzmán, hasta el punto de que auguró que la calidad académica «está seriamente comprometida» por este asunto. «Si continuamos así, los efectos serán visibles dentro de dos años», sentenció.
Con el desarrollo de la actual tasa de reposición, fijada en el 10 por ciento, la Olavide no puede alcanzar la tasa de profesorado funcionario del 51 por ciento fijada por ley. Tan sólo se llega al 29. De esta manera, tal y como enumeró el rector, en el último curso la universidad ha perdido a nueve profesores y no se le renovó el contrato a 38 asociados, pudiéndose restituir sólo uno. Igualmente, a 135 se les redujo su tiempo de dedicación y 67 plazas de futura creación fueron amortizadas.
Guzmán quiso desmentir las acusaciones de endogamia que «se lanzan desde varios sectores», asegurando que responden a un «cliché», por lo que el baremo correcto «mediría las plazas ofertadas y cuántas provienen de fuera». Sobre el pago de los salarios, garantizó que «de momento, no se ha producido ninguna anomalía». «Somos conscientes de que estamos viviendo un periodo de contracción económica, pero no podemos ajustar más porque entonces la calidad bajaría», insistió.
La investigación también se está viendo afectada, aunque actualmente muchos proyectos sobreviven con fondos captados en la época de bonanza. «Llega poco dinero y de manera poco previsible», subrayó, al tiempo que alertó de que muchos proyectos se paralizan «porque faltan suministros tan básicos como probetas o reactivos».
Pese a todo, Guzmán quiso lanzar un mensaje esperanzador porque «lo bueno se aprecia y vende». Un objetivo de excelencia que, entre otras cuestiones, «nos ayudará a atraer más inversión pública y privada, además de mejorar nuestro posicionamiento». Con el objetivo de ayudar a pagar la matrícula a los alumnos con dificultades, el rector anunció un fondo con 50.000 euros procedentes de donaciones de empresas e instituciones.
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