Administración Pública

La Junta se queda sin directora que negocie con sus empleados

Becerra cesa por «circunstancias personales» y dejando pendiente la gestión de las 35 horas y varias convocatorias de OEP. El SAF tacha de «nefasta» su gestión en la dirección general y confía en que quien la sustituya cambie «totalmente» de rumbo

La ex directora de Recursos Humanos y Función Pública, María Concepción Becerra, la tercera por la izquierda, en una reunión con los sindicatos
La ex directora de Recursos Humanos y Función Pública, María Concepción Becerra, la tercera por la izquierda, en una reunión con los sindicatoslarazon

Becerra cesa por «circunstancias personales» y dejando pendiente la gestión de las 35 horas y varias convocatorias de OEP

El SAF tacha de «nefasta» su gestión en la dirección general y confía en que quien la sustituya cambie «totalmente» de rumbo

Por email. Así se ha despedido la directora general de Recursos Humanos y Función Pública de la Junta, María Concepción Becerra, de las organizaciones sindicales con las que ha tratado durante años. Arranca el correo electrónico, al que tuvo acceso LA RAZÓN, tirando de «sabiduría popular» para aseverar que «cada día tiene su afán» y les explica luego que sus «circunstancias personales» le exigen «una energía incompatible con la dedicación y el tiempo que se merece» la mencionada dirección general. Por ello, pidió al Consejo de Gobierno que la relevara de su puesto, solicitud que éste materializó en su reunión de ayer, según confirmaron a este periódico fuentes del Ejecutivo regional.

Becerra ha trasladado a los sindicatos que ha sido «un honor» trabajar con ellos y que se va con la satisfacción de la labor realizada y «con pena» por «lo que se ha quedado en el tintero» que, «seguro», se sacará «adelante» con quien tome las riendas de la dirección general. «En el contexto de intereses contrapuestos en los que se mueven las competencias de este centro directivo, siempre ha sido mi objetivo el cumplimiento de la legalidad, la mejora de la organización en beneficio del ciudadano y lo justo para el conjunto de las personas que se veían implicadas», expone la ex alto cargo, para añadir que si hubo momentos de confrontación de posturas, espera que hayan entendido que «siempre» actuó «desde el respeto». «Si no es así os pido disculpas», apostilla, para cerrar con otro refrán: «Arrieritos somos y por el camino nos encontraremos», en el seno de la «querida» Administración andaluza.

Su salida obliga al Gobierno autonómico a buscar un sustituto en un momento en el que los conflictos en el área que capitaneada han quedado expuestos como rótula en carne viva. De hecho, fuentes del Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF) apuntaron a este diario a raíz del cese que «en los últimos meses la Función Pública se encontraba en una parálisis más que preocupante», a lo que sumaron su temor de que la marcha de Becerra «ralentice aún más todos los procedimientos que en este momento se encuentran activos». Y la lista es larga: la «resolución de la promoción interna», la «convocatoria del concurso de méritos», las «ofertas de empleo público (OEP) extraordinarias de consolidación y estabilización», así como «la ordinaria de 2018» o la gestión de la implantación de las 35 horas semanales que tanta polvareda levantó. Para el SAF se va dejando atrás «una gestión nefasta de la función pública en estos años», con un «ninguneo continuo a las organizaciones sindicales por la falta de negociación y de información». Esperan que quien la suceda «tome otro rumbo totalmente distinto» y «resuelva toda la problemática en la que se encuentra la administración general de la Junta». El sindicato se muestra dispuesto a «colaborar y a dialogar sin límites» con quien sea y «mejorar las condiciones profesionales de más de 22.000 funcionarios públicos», además de desearle «lo mejor» a la ex directora general.

Becerra ha ocupado distintos puestos en la Junta desde 1994, aunque no de forma continua, y pasó al lugar que abandona ahora desde la dirección del instituto de administración pública (IAAP).