«La labor social que ha hecho la Iglesia durante la crisis no ha sido reconocida»

El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, desgrana los proyectos que abordará con motivo del Año de la Misericordia y reclama a los políticos que «depongan todo interés partidista y personal» a la hora de formar gobierno.

Es la quinta entrevista de la mañana pero no se le nota cansado. Accede a abrir el balcón principal del Palacio Arzobispal, donde se asomó Juan Pablo II en su visita a Sevilla en 1993, para la sesión fotográfica. El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, posa, sonríe y luego conversa en voz baja, preocupado por los asuntos que afectan directamente a la Iglesia y a la grey que pastorea.

–El pasado 8 de diciembre el Papa Francisco inició el Jubileo de la Misericordia. En esta época en la que las familias siguen atravesando tantas dificultades, ¿se hace más necesaria que nunca la compasión hacia los demás?

–La misericordia de Dios está garantizada siempre. El Papa, en la bula «Misericordiae vultuus», nos pide que vayamos a las periferias existenciales, a las situaciones de dolor, de sufrimiento, a las cabeceras de los enfermos y que estemos junto a los parados y las personas que lo han perdido todo por la crisis: el trabajo, el piso y la esperanza.

–La Iglesia de Sevilla, como obra visible del Año de la Misericordia, va a crear un gran centro diocesano de empleo. ¿En qué va a consistir?

–Vamos a aprovechar un centro que construyó el Cabildo Catedral hace diez años en un terreno cedido por el Ayuntamiento a la diócesis. Vamos a recuperarlo para hacer allí un centro de formación para la reinserción laboral de jóvenes. Se van a impartir cuatro o cinco especialidades. Estamos muy ilusionados con este proyecto que esperamos poner en marcha en junio. Lo que sí está funcionando es un proyecto de agricultura ecológica. Recibimos, a través de un testamento a Cáritas diocesana, un terreno de regadío para cultivar hortalizas ecológicas. Son dos proyectos en los que el arzobispo tiene puestas muchas esperanzas.

–Las cifras de paro juvenil en Andalucía han escandalizado hasta al Papa...

–Le comentamos este asunto en la visita «Ad limina» que hicimos los obispos en marzo del año pasado. Dijo que no podía ser que más del 60 por ciento de los jóvenes andaluces estén en el paro. Es una cosa escandalosa.

–¿Está satisfecho con la labor que está realizando Cáritas? A falta de los datos de 2015, el año anterior atendió a más de 65.000 sevillanos.

–Estoy muy contento con la labor que está haciendo la Iglesia en su conjunto, tanto Cáritas diocesana como las Cáritas parroquiales, las parroquias mismas que con sus fondos atienden a los necesitados, el compromiso y la tarea que realizan las órdenes religiosas y también la implicación sobresaliente de las hermandades y cofradías. Sin estos grupos habría mucha gente en Sevilla pasando dificultades y no sólo en los barrios periféricos, sino también en los históricos. Igualmente en los pueblos. Estoy contento y agradecido.

–¿Le preocupa que se esté dando una cronificación de la pobreza, tal y como alertó Cáritas recientemente?

–Hay sectores sociales y capas de nuestra sociedad que no terminan de salir de la pobreza. Es verdad que la situación se está cronificando y también feminizando, porque afecta con mayor crueldad a las mujeres y a los jóvenes. Además son jóvenes que difícilmente van a encontrar trabajo. Una persona que no trabaja está abocada a la depresión. Dios quiera que todo esto se resuelva.

–En estos momentos de incertidumbre política, cuando los partidos están negociando cómo formar gobierno, ¿qué papel juega la Iglesia?

–La Iglesia no juega ningún papel. Sólo le queda rezar. En las preces ordinarias siempre pido por España. Pido que nuestros gobernantes, deponiendo todo interés partidista y personal, busquen con gran generosidad el bien común de España. Que busquen la Justicia y la libertad.

–Hay partidos con mensajes anticlericales que están planteando entrar en el gobierno. ¿Le preocupa que se toquen los acuerdos Iglesia-Estado?

–Claro que me preocupa. Sin embargo, podríamos decir que la Iglesia también ha atravesado épocas poco confortables. He sido profesor de historia de la Iglesia y ésta, a lo largo de los siglos, ha pasado por diferentes situaciones. También podemos encontrar puntos positivos en las situaciones complicadas. Pueden ayudarnos a crecer en conciencia de la propia responsabilidad, en fervor y en vigor apostólico. Dios quiera que no nos veamos en situaciones extremas. En muchos países hay acuerdos similares a los que tenemos desde el año 1979, llámese concordato o acuerdos.

–¿Los partidos emergentes tienen en cuenta en sus programas el hecho religioso?

–Más bien creo que no. Deberían considerar el hecho religioso como algo positivo. Al final la Iglesia, al anunciar el Evangelio, está contribuyendo al bien común y a formar a ciudadanos conscientes y responsables. Don Bosco quería alumnos que fueran buenos cristianos y honrados ciudadanos. Tengo la impresión de que la labor que ha hecho la Iglesia durante la crisis no ha sido reconocida. Ni falta que hace a lo mejor, pero pediría a los políticos que consideraran la religión como un hecho constructivo.

–La asignatura de religión sigue poniéndose en tela de juicio. ¿Se está respetando el derecho de los padres de elegir la educación de sus hijos?

–La asignatura de religión se encuentra en dificultades. En los claustros se considera una asignatura de segunda o tercera división. Los profesores tienen muchas dificultades para impartirla por una visión chata de la misma. Esta asignatura forma a ciudadanos y sirve para interpretar la vida y el arte, también ayuda a conocer la cultura europea, una cultura esencialmente cristiana. No sólo nos ayuda a interpretar un cuadro de Murillo, Velázquez o del barroco sevillano, tan hermosos por cierto, sino que nos ayuda a vivir con honradez.

–El pasado mes de septiembre dimitió como hermano mayor de Pasión el psiquiatra Javier Criado tras ser denunciado por varias pacientes por abusos. ¿En qué medida estos casos dañan a la Iglesia?

–En este caso y en otros lo que hay que hacer es respetar la presunción de inocencia. No tengo más datos que los que me han aportado mis colaboradores y el propio hermano mayor cesante. Todos los casos que visibilizan la infidelidad como pecado dañan a la Iglesia y a su buena fama. Suponen una merma del caudal de caridad de la Iglesia.

–¿Percibe en las hermandades vocación por ayudar a los necesitados o están enredadas en peleas internas o en destacar lo accesorio?

–En estos años las hermandades están haciendo un esfuerzo muy considerable por salir al paso del sufrimiento y del dolor de los parados y de los pobres. Ya me gustaría a mí que otros flancos de la vida cofrade, como el crecimiento como cristianos o la oración, tuvieran el vigor que tiene la caridad. Hay hermandades que están dedicando a los pobres cantidades muy estimables, por encima del 40 y del 60 por ciento. Les felicito.

–Las hermandades de la Madrugada han tardado casi un año en alumbrar un acuerdo, provisional, para reorganizar la jornada. ¿Qué imagen se traslada ante tanta falta de entendimiento?

–Los que hemos asistido a este asunto como espectadores hemos sufrido hartazgo. Pasaron las semanas y los meses y no llegaba el acuerdo. Además, los medios se estaban haciendo eco de los desencuentros entre las hermandades. Me gustaría que las hermandades, en el futuro, actuaran con más generosidad y celeridad. Que no se dediquen a defender su feudo. Este tema desgasta y contribuye a que la gente no nos tome en serio.

–Siempre ha defendido que los procesos electorales en las hermandades hay que afrontarlos con una única candidatura. Joaquín Sainz de la Maza y Enrique Esquivias ya han anunciado su intención de optar a la presidencia del Consejo de Hermandades, de cara a las elecciones que se celebrarán en junio. ¿Cómo valora este anuncio?

–Siempre he dicho que, en el caso de las candidaturas a hermano mayor, sería deseable que se presentara una única opción de consenso. ¿Por qué? Cuando hay dos o tres candidaturas siempre quedan heridas abiertas. Los perdedores se van heridos. Siempre hay daños colaterales y heridas que resultan difíciles de suturar. Sin embargo, esta situación no se da en el Consejo, puesto que las elecciones no dejan daños colaterales. Sí pediría a los contendientes que procuren huir del mimetismo con otro tipo de procesos, como los políticos. No tiene sentido una proclamación de la candidatura o un debate entre los candidatos. Conozco a Joaquín porque le encargué reflotar Manos Unidas y lo ha hecho muy bien. Enrique Esquivias ha demostrado su capacidad, ha sido hermano mayor nada y más y nada menos que de la hermandad del Gran Poder, es un hombre profundamente creyente y muy bien preparado como abogado. Yo les deseo suerte, pero lógicamente tengo que ser imparcial.

–Santa María la Blanca, Santa Catalina y ahora Los Terceros ¿En los últimos años la Iglesia ha tenido que afrontar en solitario la restauración de templos históricos ante la falta de colaboración de la Administración?

–Tan en solitario estamos que desde el año 2010 la Junta no nos ha dado ni cinco céntimos. Gracias a la aportación del Cabildo, a través de lo recaudado en la visita cultural a la Catedral, podremos iniciar la construcción de la parroquia de San Juan Pablo II en Montequinto y abordar otras actuaciones. El Ayuntamiento ya cerró una cantidad para Santa Catalina. En cuanto Los Terceros, está cedida a perpetuidad a la hermandad de La Cena, así que es la que tiene que procurar su conservación.