La luz del POP llega al Thyssen

Una muestra recoge la aportación española al movimiento que tiñó de color y humor las décadas de los años sesenta y setenta

El Museo Carmen Thyssen de Málaga estrena prácticamente estación con la llegada de una nueva exposición temporal, «Reflejos del POP», en la que toman parte una selección de las obras que en nuestro país se atrevieron a meter algo de aire fresco en esa España en blanco y negro del último franquismo. Se trata de 46 obras firmadas por los artistas Eduardo Arroyo, Luis Gordillo y los colectivos Equipo Crónico y Equipo Realidad que hasta el 9 de septiembre estarán colgadas en las paredes del Palacio de Villalón.

Casi sin alternativas, con sólo decir la palabra POP, el colorido se instala en el cerebro para celebrar la llega de uno de los movimientos más vitalistas que ofreció la cultura occidental durante el pasado siglo XX. Occidental y consumista, porque forma parte de una corriente que va de la mano de la publicidad, la industria, el modo de vida urbano, los coches y la vida impersonal de las grandes ciudades. No en vano, Estados Unidos e Inglaterra, con sus peculiaridades cada uno de ellos, fueron las parteras de un arte rompedor que salió a la calle para meterse en la vida de los ciudadanos, es una estética puramente urbana, para desabrocharles la moral sobrevenida tras la II Guerra Mundial. Hasta mediados de los años cincuenta, el mundo vivió mudo tras el desastre que supuso el conflicto bélico, como atenazados, el ruido de las armas y la muerte campaba en todos los ámbitos de la sociedad europea hasta que saltó la chispa de la cultura POP. Cine, cómic, pasquines, revistas underground y discos, muchos discos, fueron la base de un movimiento cuyos tentáculos siguen vivos en la actualidad.

Para entender la profundidad de la era POP sólo basta con observar atentamente la vida cotidiana de Europa y Norteamérica en la década de los sesenta y setenta para comprobar que los artistas de vanguardia rompieron las barreras de los museos y las galerías de arte para instalarse en los objetos cotidianos. Además, con esta ruptura apoyada por el discurso de los medios de comunicación de masas y sobre todo por la falta de tabúes a la hora de enfrentarse a ciertos temas, la estética abarcó nuevos formatos y técnicas teniendo siempre como sustento el mundo industrial capitalista en el que se movían sus artistas. Quizás la más famosa de estas pretensiones fuera «The Factory», donde Andy Warhol creaba su sugestivo universo seriado. La pieza no es única porque debe llegar a todos.

A comienzos de la década de los años sesenta es cuando aparecen en España las primeras muestras POP cargadas de una importante crítica social que débilmente se posicionaba contra la sociedad imperante del momento. Los artistas ponían la mirada en las grandes piezas de la Historia del Arte, la prensa y la publicidad, con la idea de llegar a un nuevo panorama estético diferente de la contundente abstracción informal, buscando lo concreto, la inmediatez de un mensaje que tomaba sus motivos tanto de la calle como de viejos iconos a los que reinterpretaba.

En «Reflejos del Pop» hay bastante de ese espíritu, a la vez que es un intento de concretar una experiencia que nunca se mostró de forma comunal, pero sí bajo la sombra individual de ciertos artistas que pusieron su mirada en los popes norteamericanos y británicos. La muestra trata de romper esta postura y buscar puentes entre Arroyo, Gordillo, Equipo Crónica y Equipo Realidad.

En este sentido, durante la inauguración, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, destacó que los artistas españoles supieron integrar muy bien lo que estaba pasando en otras partes del mundo y adaptarlo a la realidad del país. De esta forma, señaló que esta muestra se complementa muy bien con la colección permanente que contiene el museo y que está dedicada a la pintura española de finales del siglo XIX y principios del XX.