Córdoba

La Merced, la iglesia que resurgió de sus cenizas

Treinta y seis años se han invertido en recuperar de la devastación del incendio a la iglesia de La Merced, una de las joyas arquitectónicas del barroco andaluz, que hoy por fin abre sus puertas a los cordobeses en plenitud de condiciones y con un renovado y saludable aspecto.

La madrugada del 29 de enero de 1978, este mismo templo sucumbió prácticamente en su totalidad al fuego intencionado que había prendido un hospiciano movido por la venganza al no haber obtenido una plaza de cuidador en un centro educativo de la Diputación de Córdoba.

Un fuego que afectó al templo, levantado en el siglo XVI, y que devoró el valioso retablo barroco hasta reducirlo a cenizas, así como gran parte de sus tesoros patrimoniales, que hoy, tras 36 años y 10 millones de euros de inversión, han sido recuperados casi en su totalidad.

Lo único que se salvó de aquel incendio fue una talla de un cristo del siglo XIV que, para colmo, ya había sobrevivido a 3 incendios con anterioridad, según ha señalado a Efe la presidenta de la Diputación, María Luisa Ceballos, que ha recordado que La Merced era "una bóveda negra"después del incendio.

Este cristo luce hoy a la derecha del retablo, una pieza que ha sido reconstruida a partir de un diseño a escala real de Eduardo Coronas, que trabajó en su recuperación con el arquitecto Rafael de la Hoz, hoy fallecido, pero sin el cual no se entiende el actual aspecto del Palacio de La Merced.

Cuando el templo quedó reducido a cenizas, la Diputación de Córdoba planteó una lenta pero constante estrategia de recuperación, en la que el protagonismo lo tendrían la artesanía tradicional y las escuelas talleres.

Concretamente, han sido siete ediciones, y más de un centenar de alumnos los que han trabajado desde 1988 hasta este año en su recuperación, ha indicado el asesor artístico de la Diputación, Francisco Mellado.

Mellado ha especificado que la pieza más llamativa, el retablo, ha sido reinterpretado, y en él se ha utilizado madera de pino de flandes y oro de 23 quilates, todo con técnicas artesanales, como dorado al agua, yesería y pintura ornamental, propias del siglo XVIII.

El resultado es una iglesia remozada, en la que lucen tallas policromadas, cuadros, imágenes, un espectacular coro en altura y todo el patrimonio que, durante décadas ha estado repartido por el Palacio, además del altar de la Merced, que ha recuperado su monumentalidad.

Aunque los trabajos no han acabado, porque, tal y como afirmaba el arquitecto de Patrimonio de la Diputación, Joaquín Gómez de Hita, la rehabilitación de un edificio con la importancia histórica y artística de la iglesia de la Merced no finaliza nunca, y ya se están confeccionando dos tallas más.

María Luisa Ceballos aseguraba que aquellas personas mayores que vieron cómo quedó el templo en el año 78, no se podrán imaginar su aspecto actual cuando lo visiten.

La iglesia de La Merced recuperará el culto religioso próximamente, en virtud de un convenio con el Obispado de Córdoba, pero también estará abierta a actividades culturales en un futuro próximo.