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La voz se queda para siempre

Multitudinaria presentación en Sevilla del libro póstumo de Santiago Talaya: “Los ecos del boom de la radio”

Varios momentos de la presentación ayer del libro de Santiago Talaya que corrió a cargo del alcalde de la capital, Juan Espadas; su mujer, Victoria Gómez; y el director de las Mañanas de Radio Nacional de España, Alfredo Menéndez
Varios momentos de la presentación ayer del libro de Santiago Talaya que corrió a cargo del alcalde de la capital, Juan Espadas; su mujer, Victoria Gómez; y el director de las Mañanas de Radio Nacional de España, Alfredo Menéndezlarazon

«La voz se queda para siempre». Así definió el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, el legado de Santiago Talaya ante un Salón Colón del Ayuntamiento repleto. Allí estaba el delegado del Gobierno, Antonio Sanz; el portavoz de la Junta, Juan Carlos Blanco; el máximo dirigente de Cs en Andalucía, Juan Marín; miembros de la Corporación Municipal; directores de medios de comunicación; parlamentarios andaluces como Patricia Navarro o Manuel Andrés González; el alcalde de Tomares, José Luis Sanz; muchos compañeros de profesión y amigos del periodista fallecido hace casi dos años. Santiago Talaya no se dedicaba a la radio. Su vida fue la radio. Y toda esa pasión la volcó en el libro que ayer presentaron en el Ayuntamiento su mujer, Victoria Gómez; y el director de las Mañanas de Radio Nacional de España, Alfredo Menéndez. Realmente no fue sólo la presentación de un libro – «Los ecos del boom de la radio, 25 años de la noche de los transistores», cuyos beneficios están destinados íntegramente a la lucha contra el cáncer– sino el merecido recuerdo a un periodista que dejó una gran estela y se fue demasiado pronto. Compañeros de profesión tomaron la palabra y recordaron la «agudeza analítica» de Talaya; la «independencia»; su «valor». «Santiago hoy no estaría aquí, estaría pendiente de los ministros que están nombrando», aseguró Alfredo Menéndez, quien compartió antena con Talaya primero en Onda Cero y luego en RNE. «Era un frontón. Le lanzabas el micrófono y siempre había un análisis para una pregunta. Tener a Santiago Talaya era tener un seguro de vida». Cristóbal Cervantes parafraseó a Ryszard Kapuscinski: «No se puede ser buen periodista si no eres una buena persona». Nunca se muere de verdad en la radio. La vida, al final, como la lluvia de Borges, siempre es cosa del pasado. La voz se queda para siempre.