Turismo
Las otras sierras de Almería
Gádor, Los Filabres o Cabrera-Bédar esconden parajes naturales y pueblos con encanto
La diversidad de espacios naturales otorga a Almería su personalidad y le proporciona el encanto que hace que turistas de todo el mundo realicen, por ejemplo, senderismo en Sierra Nevada o admiren las águilas imperiales desde los más rocosos miradores.
Multitud de entornos naturales, cada uno con sus características específicas, se configuran en uno de los principales reclamos turísticos de la provincia. Los grandes parques naturales de Sierra Nevada, Cabo de Gata-Níjar o Sierra María-Los Vélez, más conocidos, no dejan atrás, sin embargo, a algunos de los parajes naturales más espectaculares, como la Alpujarra almeriense. Muestra de ello son la Sierra de las Estancias, la de Gádor o la Sierra de Los Filabres, considerada como el pulmón verde de Almería, y que sirve de enclave al Observatorio Astronómico de Calar Alto. Desde el Peñón Negro, el Refugio de Arroyo Verruga o el Mirador de las Vívoras se puede contemplar una gran vista en la que destaca la masa forestal de pinares, sobrevolada por rapaces tan bellos como el águila real o la calzada. La Sierra de Cabrera-Bédar extiende por la costa sus masas forestales de encinares, alcornocales y pinares, un hábitat en el que el turista puede encontrar ejemplares de una especie amenazada como es la tortuga mora. Otras especies con las que, sin duda, disfrutarán los aficionados a las aves se pueden contemplar en los humedales que se forman tanto en la desembocadura del río Antas como en las salinas de Guardias Viejas.
Uno de los enclaves con más encanto en la zona interior es la Sierra María-Los Vélez. A escasos 90 minutos de la capital, es el parque natural más septentrional de la provincia, que limita con Murcia y Granada y al que se puede acceder desde la autovía del Mediterráneo. Su espectacular belleza, donde se combinan agrestes relieves, la frondosidad de sus bosques y sus cumbres nevadas, rompe con la aridez típica del paisaje de la zona. Los encinares se configuran como las formaciones vegetales más representativas, aunque la mayor mancha vegetal la ocupan los pinares. Sobre ellos sobrevuelan las rapaces, no siendo difícil distinguir la silueta de algún águila real o azor. El área forma parte del Marquesado de los Vélez, lo que explica la riqueza de su patrimonio artístico y documental, con yacimientos prehistóricos tan relevantes como los de la Cueva de los Letreros o la Cueva Ambrosio.
Una zona por descubrir es el paraje natural de Sierra Alhamilla, que forma parte del sector litoral almeriense de las cordilleras Béticas, junto a las sierras de Gádor y Cabrera. Se trata de una zona muy poco poblada, perfecta para actividades como el senderismo. En el paisaje de esta zona destaca la presencia de un bosque de encinas, bien conservado, que representa un pulmón de oxígeno para la provincia, cerca del desierto de Tabernas. Esta vegetación, junto con los pinos de repoblación, lleva consigo la presencia de gran cantidad de aves rapaces, así como de mamíferos como el zorro, la gineta o la comadreja. La diversidad de especies ha sido el motivo por el que este paraje natural ha sido incluido como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) por la Unión Europea.
Los turistas que deseen disfrutar del contacto con la naturaleza sin renunciar al confort y a las comodidades tienen en las múltiples casas rurales de la provincia el entorno apropiado para ello. Se encuentran en parajes tan distintos que permiten la práctica de múltiples actividades de turismo activo, así como la visita a los parques y parajes naturales y las playas. Además, estos alojamientos permiten ver las costumbres y los oficios típicos de los habitantes de las poblaciones.
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