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Los abanicos acompañan a las mantillas negras en el Jueves Santo sevillano
Las mantillas negras que, en señal de luto por la muerte de Cristo, salpican hoy las iglesias sevillanas.
Casi 30 grados previstos para hoy y un sol de justicia han convertido a los abanicos en invitados excepcionales de un Jueves Santo que hace de ellos el complemento indispensable para las mantillas negras que, en señal de luto por la muerte de Cristo, salpican hoy las iglesias sevillanas.
Las altas temperaturas que se están registrando este año en la capital andaluza -solo en la jornada del martes el Ayuntamiento repartió más cantidad de agua en los puntos de avituallamiento que durante toda la Semana Santa de 2014- han obligado a buscar un aliado para sobrellevar una larga jornada.
Comienza el día con una mañana dedicada a recorrer los templos para visitar sus sagrarios, ya que se conmemora la Última Cena de Jesús, en la que instituyó la Eucaristía y lavó los pies a sus discípulos, antes de ser arrestado y juzgado ante Caifás tras la traición de Judas Iscariote.
Esta es la razón de que las mujeres luzcan hoy luto, con mantillas negras y vestidos del mismo color, siempre de manga larga y por debajo de la rodilla, para pasear durante la mañana que precede a la noche grande de la Semana Santa sevillana por los templos de los que partirán las procesiones en las próximas horas.
Quienes no se atreven con la mantilla sacan de los armarios sus mejores galas: vestidos, medias y tacones para ellas y trajes oscuros y con corbata negra para ellos, que contrastan con los pantalones cortos y las zapatillas de deporte de los que echan mano los turistas para buscar la comodidad.
Son los visitantes los que, con cara de asombro, se afanan por fotografiar hasta el último detalle de este "desfile", en el que hasta una niña de apenas diez años vive con intensidad el Jueves Santo mientras posa con desparpajo a los pies de la Giralda al lado de su madre.
Ataviada igual que ella de negro y con mantilla, la pequeña presume y recibe con una amplia sonrisa piropos como "muy guapa"que le regala una pareja británica tras pedir permiso para plasmar la instantánea.
La plaza del Salvador, lugar habitual de ocio de los sevillanos, congrega hoy también buen número de visitantes -de su iglesia colegial sale esta tarde la talla de Nuestro Padre Jesús de la Pasión-, que en este caso combaten el tiempo de espera en la cola combinando la tradicional mantilla con el teléfono móvil en una mano y una cerveza fría en la otra.
Las imágenes se repiten ante cada una de las iglesias protagonistas del Jueves Santo, y es que antes de que empiece la Madrugá todavía siete hermandades tienen que realizar su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral: Los Negritos, La Exaltación, Las Cigarreras, Montesión, La Quinta Angustia, El Valle y Pasión. que se recoge en su sede de El Salvador a la una de la madrugada.
Junto a estos templos, las iglesias que acogen las hermandades de la Madrugá son un hervidero desde primera hora. Si a las nueve de la mañana había cola ante la basílica de la Macarena para visitar a su Virgen y al Señor de la Sentencia, la plaza de San Lorenzo, en la que tiene su sede el Gran Poder, se ha quedado pequeña para acoger a los fieles que quieren verle de cerca.
Entre la riada de visitantes del Señor de Sevilla se ha visto a última hora de la mañana al duque de Alba, Carlos Fitz-James, que vive este año la primera Semana Santa sin su madre, fallecida el pasado noviembre y cuyas cenizas reposan en el santuario de Los Gitanos, otro de los templos protagonistas de la Madrugá.
Efe
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