Política

Andalucía

Los colegios ya cuentan con clases extra de refuerzo pero no se mide su eficacia

Un programa similar al anunciado por el consejero ya funciona también en institutos durante todo el curso

El consejero de Educación, de espaldas, atiende a la prensa en los pasillos del Parlamento / Foto: Manuel Olmedo
El consejero de Educación, de espaldas, atiende a la prensa en los pasillos del Parlamento / Foto: Manuel Olmedolarazon

Un programa similar al anunciado por el consejero funciona también en institutos durante todo el curso

El primer anuncio del consejero de Educación y Deporte fue un programa de refuerzo educativo que ya existe. Ni siquiera es novedoso implantarlo en julio, como en principio será y posteriormente ampliable a todo el curso, según especificó el propio Javier Imbroda. Una medida teóricamente novedosa que es muy similar al plan de acompañamiento escolar que se desarolla en institutos de Secundaria y con alumnos de 5º y 6º de Primaria. Los alumnos no pagan nada y atiende a las dificultades de aprendizaje durante todo el curso, dos días a la semana.

El plan anunciado solo se realizaría en Primaria y en el mes de julio –en dos turnos de una quincena cada uno– y no sería gratuito. Tanto el consejero como la viceconsejera, Marta Escrivá, insistieron en que en ningún caso los programas quincenales previstos para el próximo julio serán gratuitos, sí bonificados al 95% –con un coste aproximado calcularon de un euro al día para las familias–. El motivo, aseguran, es para que exista una conciencia del esfuerzo que exige tanto a familias como a los niños. En ambos casos, el objetivo es reducir el absentismo escolar y el abandono temprano. Mientras que Imbroda lo apuesta a docentes externos, el plan ya existente contempla tanto esta opción –a través de los denominados «mentores»– o que sea profesorado del propio centro el que asuma esa tarea, que se les paga aparte.

El plan de acompañamiento se encuentra enmarcado en los Programas de Refuerzo, Orientación y Apoyo (PROA) que financia el Ministerio en colaboración con las comunidades autónomas –en el caso del nuevo, el dinero saldría de los fondos europeos para luchar contra el absentismo y el fracaso escolar, 11 millones en total–. El PROA recoge que, al final del curso escolar, los centros que hayan participado en el plan de apoyo y refuerzo deberán recoger en la memoria de autoevaluación los aspectos referentes a la valoración de su aplicación. Sin embargo, fuentes de la Inspección consultadas por LA RAZÓN confirman que las evaluaciones no analizan su eficacia. «No se evalúa la efectividad del programa: si han mejorado los índices de fracaso escolar, si mejoran las calificaciones, ni el grado de satisfacción de profesorado y alumnado. No se analizan sus resultados antes y después –aseguran–. Solo hay unos cuestionarios que rellenan los coordinadores de cada programa, que vienen marcados desde Madrid». En su opinión, el plan anunciado no sería efectivo. «Si es para conciliar, sí, pero no como objetivo para reducir el fracaso escolar. Para evitar el absentismo, las medidas deben incidir directamente en las familias y estar coordinadas por los servicios sociales. Son muy importantes porque hacen un seguimiento diario de los alumnos tanto en casa como en los centros», explican.

Para el portavoz del sindicato USIE, Javier Fernández Franco, esta medida tendría cierta incidencia. «Para mitigar la desconexión de los niños del período lectivo, como principio está bien, así en vez de dos meses es solo uno», señala. El fallo recurrente que identifican en estos programas es la «descoordinación» entre los docentes externos que imparten esas clases de refuerzo y el profesorado propio del colegio. «Si a esos docentes se les dice qué hay que reforzar y de qué aprendizajes mínimos adolece cada niño, mejoraría», algo que en principio contemplan los citados programas. Según USIE, esa premisa no se cumple. También critican que «la anterior Consejería no evalúa los programas que ejecuta. Se ha dedicado a fabricar programas sin saber si tienen una incidencia directa en las mejoras del alumnado». Las similitudes con las distintas medidas que ya se desarrollan en colegios e institutos se encuentran también en actividades estivales que realizan algunos ayuntamientos en colegios, a través de acuerdos con las delegaciones territoriales de Educación. Mediante convenios con la Consejería solicitan el uso de los centros, tanto para actividades recreativas como de refuerzo escolar.

El catálogo de las actividades extraescolares también incide en clases extra de apoyo en las tres materias básicas sobre las que girará el plan de Imbroda –lectura, matemáticas e inglés– e incluye además apoyo en otras áreas, como lengua, alemán, francés o informática. Su coste es el mismo que el del resto de extraescolares, 15,40 euros al mes, que puede ser gratis o con precio reducido en función de la renta. La Orden de la Junta que regula la organización y el funcionamiento de los servicios complementarios señala específicamente que «los centros docentes públicos podrán mantener abiertas sus instalaciones hasta las 18:00 horas (...) con la finalidad de programar actividades de refuerzo y apoyo, dirigidas al alumnado que presente dificultades de aprendizaje u otras que aborden aspectos formativos de interés». Y aclara que tienen carácter siempre voluntario y «en ningún caso formarán parte del proceso de evaluación para la superación de las distintas áreas o materias que integran los currículos». En este punto también coincide con el plan de Imbroda, puesto que admitieron que pueden recomendar pero no obligar a las familias a inscribir a los niños a ese refuerzo.