Andalucía
Mala fecha
La ocurrencia de convocar elecciones generales el 14 de abril es otra repentización de Pedro Sánchez, que ni siquiera considera la idoneidad de la fecha de cara a la movilización de su electorado más fiel. A pesar de los pesares, Andalucía sigue siendo la comunidad que más sufragios aporta al PSOE pero en La Moncloa, quizá cegados por el laicismo desquiciado de Carmen Calvo –que debería ser su barómetro de lo meridional–, no han caído en la cuenta de ese día no es sólo la efeméride de la proclamación de su querida II República, sino que también es Domingo de Ramos de procesiones en toda la comunidad y jornada de derbi en su capital. Se juega el Sevilla-Betis mientras los nazarenos desfilan, lo que ya era una coincidencia malaje para los encargados de garantizar la seguridad de los dos eventos; si encima se le añaden las urnas, habrá que subcontratar «guardinhas» más allá de la raya portuguesa para ponerlos en los colegios. Y siendo éste un problema de envergadura, todavía lo es mayor para los intereses socialistas la tentación de quedarse en casa que tendrá su menguante masa de votantes, ya de por sí con la motivación bajita, porque no se intuyen avalanchas calle abajo en pos de las papeletas del puño y la rosa. Algo ha debido chivarle el CIS de Tezanos sobre el desafecto que producen sus políticas en Andalucía para que haya elegido semejante fecha o, tal vez, nos hallamos ante otro ejemplo de improvisación atolondrada, que es el modus operandi preferido de este Gobierno, con la expresión de una amenaza –a sus socios de moción de censura– que no está en condiciones de cumplir. Lo sensato es decantarse por el órdago, que tendrá su efecto y ablandará la renuencia de los independentistas a los Presupuestos Generales. Vamos a tener que aguantarlo otro añito.
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