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María Dueñas: «Me gusta que mis personajes tengan una vida real»

María Dueñas desgrana ante sus lectores los secretos de «Misión Olvido», su última novela, y de «El tiempo entre costuras» en un acto organizado en Sevilla por LA RAZÓN

Enrique Miguel, María Dueñas y Amador Recio, director del hotel Ribera de Triana
Enrique Miguel, María Dueñas y Amador Recio, director del hotel Ribera de Trianalarazon

La escritora María Dueñas protagonizó la semana pasada un encuentro literario organizado por LA RAZÓN en Sevilla, donde desveló a sus lectores las claves de su última novela «Misión Olvido» y contó los detalles del éxito de «El tiempo entre costuras», ambas publicadas por Planeta. Las dos parten de la premisa de cómo una mujer se reinventa tras una experiencia de desamor que la lleva a buscar nuevos caminos en lo vital y lo profesional.

En el caso de su último libro, el dolor sentimental traslada a la protagonista hasta EE UU para investigar sobre las misiones españolas de finales del siglo XIX construidas por religiosos en California. Un reto para la protagonista y la propia autora, como contó en un ameno debate patrocinado por Porcelanosa y el hotel Ribera de Triana, donde se celebró el acto, que estuvo moderado por el delegado de LA RAZÓN en Andalucía, Paco Reyero.

Asaeteada desde el primer momento por las preguntas de sus lectores, dejó bien claro que su inmersión en el mundo de la literatura llegó después de haber realizado una brillante trayectoria como profesora de Universidad. «Me lancé a escribir desde la seguridad», contó animada, mientras recordaba lo imbuida que estaba en la trama de «El tiempo entre costuras», pues en alguna ocasión, pensando párrafos y situaciones, se pasó alguna que otra salida de autopista conduciendo hacia las clases o se perdió en la sección de congelados. Una manera de escribir basada en el compromiso con la certidumbre de su relato, puesto que sus personajes sienten y respiran desde las primeras páginas cuando «se les cae una bola de acero a los pies» y deciden «optar por la huida hacia adelante». Así lo contaba la autora, que intenta que los que pueblan sus libros tengan un perfil humano, «me gusta que tengan una vida real», aseveró. Blanca Perea, la protagonista, como les pasa a muchas mujeres, «cuando cree que lo tiene todo a su alrededor se da cuenta de que le explota entre las manos porque su marido la deja por otra mujer». Con esos argumentos, Dueñas ha vuelto a convertirse en una de los autoras más vendidos del momento.

Gustan sus libros y la manera que tiene de contarlos, sobre todo, por la sencillez con la que plantea las historias que hace que los lectores se sientan identificados desde la primera de las páginas. Estar en el «Top Ten» significa también que el espectro de la diana de las críticas se amplía, por ello, defiende la figura de los «best-sellers» desde la misma sencillez de la que antes hablábamos pero aderezada esta vez con la humildad necesaria de los grandes autores. «Sólo quise escribir una historia que interesara al mayor número de lectores», algo que consiguió de manera inesperada para ella. Eso sí, lamentó que «haya gente que ve mal que se vendan muchos libros».

«Misión Olvido» nació durante un viaje casi iniciático y previo antes de comenzar una estancia en una universidad norteamericana por los valles de Sonoma y Napa. En ese lugar, rodeada de viñedos, conoció la fascinante historia de las misiones franciscanas, que luego sería el motivo central de la investigación de la protagonista de aquel libro, aunque aún no había dado los primeros pasos en su mente. Allí se documentó, como hace habitualmente, para durante dos años dar forma a su segunda obra. Luego «dos años, en distintos periodos, que viví en una burbuja personal aislada del mundo exterior», comentó animada. Todo el tiempo por delante «para escribir durante horas y horas». Por su profesión, es especialista en lingüística, contaba con las herramientas necesarias para «hacer el trabajo de manera rápida y eficiente». También reconoció la libertad que le otorga «haber vendido muchos ejemplares» a la hora de elegir su ritmo de trabajo.

La «bola de nieve» que supuso el éxito de «El tiempo entre costuras» se traslada ahora a la pequeña pantalla con la serie que próximamente se estrenará en Antena 3 y que ha sido grabada en las mismas localizaciones del norte de África en la que se desarrolla la novela. Un trabajo del que la autora está muy orgullosa, en tanto que «han logrado muy bien extraer el sentido del libro». Lo cuenta con la certidumbre que le da estar a pie de grabación casi, ya que ha supervisado personalmente cada uno de los guiones del serial. «Me gusta mucho lo que están haciendo, ya que al fin y al cabo se trata de contar nuestra propia historia».

Con ello, Dueñas demuestra lo celosa que es de su trabajo y su implicación con ello. Explica esta circunstancia cuando rememora el trabajo con los editores. «Aunque nadie meta una palabra que no sea yo», aseguró entre risas, que siempre está abierta a sugerencias pues de eso se trata la labor de éstos. «Para eso están los buenos editores, para decirte muchas veces cosas que no puedes ver. En ocasiones, estás tan metida dentro del proceso de creación que no tienes la perspectiva necesaria. No te das cuenta de cosas que pueden ser fallos y otras que se trata sólo de puntos de vista». De esta manera, reconoce que «hay momentos en los que no controlas el ritmo de la narración o que simplemente no pasan cosas. Para eso está el editor que te dice revisa ésto o dale una pasada a este pasaje».

En ojo del huracán de presentaciones, no deja de trabajar en sus próximos proyectos y ya tiene en la cabeza tres opciones posibles, aunque todavía no ha concretado nada. De momento, lo que sí tiene claro es que quiere volver a ponerse «los vaqueros, hacerme una coleta y ponerme a escribir en mi burbuja».