Política

Moreno reconoce que el 10-N es un «elemento distorsionador» para negociar el Presupuesto pero confía en la «altura de miras» de Vox

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ayer en Doñana / Foto: Manuel Olmedo
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ayer en Doñana / Foto: Manuel Olmedolarazon

Moreno reconoce que el 10-N es un «elemento distorsionador» para negociar el Presupuesto pero confía en la «altura de miras» de Vox

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, reconoció ayer desde Doñana que las nuevas elecciones generales del 10 de noviembre (10-N) no ayudan al diálogo con el resto de partidos sobre los Presupuestos para 2020 porque todos quieren «mostrar el perfil propio» y que sea «el mejor». «Está siendo un elemento distorsionador», admitió Juanma Moreno. El Gobierno autonómico, integrado por PP y Ciudadanos (Cs), trata de que Vox dé el visto bueno a las cuentas del próximo ejercicio desde principio del mes de septiembre. El jefe del Ejecutivo desveló que la negociación está siendo «compleja» y «tensa» por momentos, ya que ante un mismo problema se tienen visiones diferentes y hay coincidencias en algunos asuntos y en otros no, además de que sobrevuela la presión electoral. Preguntado por cuáles estaban siendo hasta ahora los mayores escollos para alcanzar el acuerdo, Moreno rehusó contestar.

Lo que sí hizo es agradecer el esfuerzo de Vox «por centrarse en lo que suma» y «alejarse» de lo que los separa. En ese sentido, confió en que la formación de Santiago Abascal tenga «altura de miras» y vuelva a respaldar unas cuentas que tendrán que materializarse en un contexto económico en el que se atisban nubarrones. De hecho, sostuvo que sería «un lamentable error» que en un escenario de desaceleración no se aprobaran unos Presupuestos para el ejercicio 2020. Unas cuentas en torno a las que habrá una novedad: se auditarán los efectos climáticos de las decisiones presupuestarias que tome el Ejecutivo regional a partir del próximo año.

Un PSOE sin «altura política»

Moreno tuvo palabras también para el PSOE, del que el Gobierno de PP y Ciudadanos no esperaba que aceptara las cuentas de 2020 sin rugir, pero tampoco que las desecharan «en 45 minutos». El presidente volvió a tender la mano para abordar este asunto a los socialistas, tras recordarles que son un partido de gobierno que debería tener «altura política».