Polémica inauguración del nuevo centro del 112 en Sevilla

La inauguración ayer del nuevo centro de operaciones de Emergencias 112 en Sevilla resultó un tanto agitada. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, no sólo atendió a las explicaciones de los responsables del servicio, sino también a los empleados que exigían mejoras laborales cuando tenía lugar la visita institucional. Así, el colectivo entregó a Díaz un escrito en el que solicita su mediación para que la Junta refuerce las funciones de control de las empresas a las que se subcontratan los servicios.

En concreto, el 112 está en manos de dos empresas adjudicatarias, Mk Plan 21 en Andalucía Occidental y Qualytel-Arvato en la zona Oriental. En ambos casos, según CC OO, «se ha tratado de empeorar las condiciones laborales de las plantillas para aumentar sus beneficios, sin importar que esto pueda repercutir en la calidad que se presta a la ciudadanía».

Así, desde el año pasado han tenido lugar varios conflictos laborales que van, según detalla el sindicato, «desde importantes retrasos en el pago de nóminas por parte de la UTE, hasta modificaciones de las condiciones de trabajo por parte de todas las subcontratistas, además de una política de sanciones desproporcionada a los trabajadores».

Según CC OO, «la Junta tiene que velar porque estas empresas no pongan en riesgo los servicios que se prestan, que en el caso de las Emergencias son esenciales para la ciudadanía», por lo que exige que «no se nos trate como un servicio más de marketing, imponiendo horarios y jornadas cada vez más asfixiantes y extenuantes para los trabajadores, que redundan en una peor calidad de servicio a la ciudadanía».

El edificio, que se levanta sobre una parcela de 5.500 metros cuadrados entre las barriadas de Sevilla Este y Torreblanca, presentaba numerosas pintadas que daban cuenta de los problemas laborales que padece la plantilla. Sin embargo, fueron borradas justo antes de la visita de Díaz. Además, el aire acondicionado estuvo en funcionamiento de manera intensa «para evitar los fuertes olores» que padecen los trabajadores, que denunciaron la existencia de personas «para hacer bulto» en la inauguración.