Literatura

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Relato de una Transición «imperfecta»

Juan Antonio Tirado es redactor del programa «Informe Semanal»
Juan Antonio Tirado es redactor del programa «Informe Semanal»larazon

«Aquella noche me acosté niño franquista y por la mañana me levanté adolescente demócrata y rebelde, sin llegar a airado». Así describe el periodista Juan Antonio Tirado aquellas primeras horas cruciales para la historia de España cuando, el 20 de noviembre de 1975, el país se levantó con la noticia de la muerte de Franco. Una generación que vivió en primera persona la profunda transformación política que se produjo y que fue partícipe también de los cambios que, poco a poco, se abrían paso en una sociedad demasiado encorsetada. En «Siete caras de la Transición», su último libro, Tirado describe apasionadamente esos años que, lejos de estar demasiado estudiados y analizados, todavía ocultan nuevas versiones y detalles inéditos. «Claro que quedan cosas por contar y, sobre todo, por interpretar», asegura, a pesar de la ingente cantidad de «monografías, biografías y memorias de los grandes personajes e incluso de los secundarios».

El autor, con una amplia trayectoria profesional a sus espaldas –empezó a escribir en los periódicos a los 16 años y actualmente es redactor del veterano programa «Informe Semanal»–, traza un relato de la Transición a través de siete personajes muy dispares: Arias Navarro, Juan Carlos I, Adolfo Suárez, Manuel Fraga, Torcuato Fernández-Miranda, Santiago Carrillo y Carmen Díez de Rivera. «Unos no renunciaron al franquismo en absoluto, como Arias Navarro, que se empeñó en una Transición sin Franco, pero franquista, cosa que no era posible». Otros hombres que también venían de una etapa que languidecía eran Juan Carlos I, Suárez y Fraga. Sobre este último, Tirado recuerda que «pertenecía al ala más aperturista del franquismo». «Cuando fue nombrado ministro de Información y Turismo vino a sustituir a Arias Salgado, que era un hombre completamente retrógrado, con una obsesión en lo sexual enorme. Con Fraga, por ejemplo, se vio el primer bikini en una película española». Tantas eran las diferencias entre ambos que se hizo popular la frase «con Arias Salgado todo tapado y con Fraga hasta las bragas».

Sin embargo, Tirado destaca que fue una época «marcada por el miedo a la guerra civil», algo que el franquismo «trabajó bastante bien». Pasado el tiempo, los cambios políticos que se acometieron parecen lógicos y naturales, pero entonces no todo estaba tan claro. «Se podía haber ido a una monarquía continuista-franquista o a una república rupturista e incluso una intervención del ejército, con todo lo que eso podía haber conllevado». Por eso, «la responsabilidad y el miedo iban de la mano».

Como en toda época histórica, la Transición está llena de clichés y figuras preconcebidas. Dos de las más extendidas son el consenso y las renuncias que tuvieron que hacer los políticos, con diferentes sensibilidades ideológicas. Tirado sostiene que «no hubo tal consenso». «La figura de Suárez fue vilipendiada y perseguida desde muy pronto». Precisamente, cuando se produjeron las reuniones previas a la legalización del Partido Comunista, que finalmente tuvo lugar en la Semana Santa de 1977, «no podían estar más claras las dos Españas». Entonces, «Suárez era el secretario general del movimiento y Carrillo el líder del PC, que había sido el demonio con rabo». Otro de los tópicos es que la Transición fue una etapa pacífica, algo «completamente falso». «De 1975 a 1983 hay 590 muertes producidas por ETA, los Grapo, la extrema derecha y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes», señala, aunque «otra cosa es que se consiguiera salvar el proceso y superar el miedo a que el ejército saliera a la calle».