Andalucía
Salud cambia los protocolos tras las últimas muertes en urgencias
Implantará pulseras con radiofrecuencia y reforzará la vigilancia
Pulseras con sistema de radiofrecuencia, zonas diferenciadas dependiendo de la gravedad del paciente o el refuerzo de la vigilancia son algunas de las medidas que implantará la Consejería de Salud en las urgencias hospitalarias. El departamento que dirige Marina Álvarez se ha visto obligado a revisar estos protocolos tras las dos últimas muertes ocurridas en Málaga y Jaén, que han tenido como denominador común las largas esperas. Álvarez avanzó ayer estas propuestas, que se llevarán a efecto al final o comienzo del próximo mes, en la reunión del Plan de Andaluz de Urgencias y Emergencias, junto a los responsables sanitarios de este ámbito de las ocho provincias andaluzas.
De esta manera, se dará una vuelta de tuerca al sistema de pulseras identificativas que ya se usa, con la posibilidad de que incluyan localización por radiofrecuencia. En cuanto a la vigilancia, la consejera apostó por «reforzarla» una vez que el paciente ha pasado por triaje, ya que «la situación clínica puede cambiar». Una tarea que le corresponde al equipo asistencial, por lo que habrá personal específico para esta labor o se planificarán rondas.
Otra opción «muy interesante» es la creación de zonas diferenciadas dependiendo de la gravedad del paciente, para poder llevar a cabo «un control y cuidado más exhaustivo». Para evitar casos como el de la mujer que falleció sola en las urgencias del hospital San Juan de la Cruz de Úbeda tras esperar 12 horas, se realizarán múltiples llamadas por megafonía, se realizarán búsquedas activas, se fijará un control de las salidas e, incluso, se registrarán los números de teléfono del paciente y del acompañante.
El sistema informático también experimentará cambios. De esta manera, asignará una enfermera referente desde el momento del triaje, tal y como se asigna un médico, e incrementará el nivel de prioridad cuando se superen los tiempos máximos de espera, para prevenir así demoras en pacientes que pueden experimentar un cambio de evolución. El sistema asignará colores en función de la gravedad, tal y como se propone con las pulseras.
Álvarez hizo un llamamiento a la población para que se «mentalice» en el cumplimiento de la normativa y que haya un único acompañante por paciente, «sobre todo en periodos de alta frecuentación», al objeto de facilitar la asistencia.
Por su parte, el director del Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias, Luis Jiménez, aseguró que del 1 de diciembre al 15 de enero se produjo «la mayor demanda de pacientes de toda la serie histórica», con 400.000 enfermos en las urgencias hospitalarias y 700.000 en las de atención primaria, 65.000 y 100.000 más en comparación con el año pasado, respectivamente.
Del 25 de diciembre al 7 de enero se activó la fase tres del plan, mientras que el resto del tiempo se encontraba en fase dos. Esto provocó, tal y como señaló, la contratación de 1.100 profesionales más, «junto a la mejora de los ya existentes». Pese a todo, reconoció que «algunos puestos, sobre todo de médicos, no se han cubierto». También defendió que los pacientes que han llegado a urgencias han sido atendidos «en tiempo y forma», con plazos que oscilaron entre la atención inmediata, los 15, 60, 100 y 120 minutos, en función de la gravedad que presentaban.
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