Política

Andalucía

¿Se mueve el podium de ricos y pobres?

De las más de 19 millones de declaraciones de IRPF que se presentan anualmente en España se deduce que la principal fuente de ingresos de los contribuyentes españoles procede de sus salarios / Foto: Efe
De las más de 19 millones de declaraciones de IRPF que se presentan anualmente en España se deduce que la principal fuente de ingresos de los contribuyentes españoles procede de sus salarios / Foto: Efelarazon

El «ranking» territorial de regiones ricas y pobres en España sigue mostrando la misma foto ahora que el Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar los datos de Contabilidad Regional para 2018. De lo publicado es el dato de PIB por habitante (PIB pc) el que más cercano le resulta al ciudadano aunque sobre éste los economistas y estadísticos introduzcan modificaciones para afinar el nivel de bienestar. Principalmente hay que hacer correcciones que incorporen la manera en la que la renta se distribuye entre las personas. A falta de datos actualizados a 2018 sobre la distribución de la renta y medidos los resultados del INE en euros, las cuatro primeras regiones son Madrid (34.916), País Vasco (34.079), Navarra (31.809) y Cataluña (30.769). No hay variaciones respecto de años anteriores como tampoco las hay en el pelotón de cola: Melilla (18.482), Extremadura (18.174), Andalucía (19.132) y Ceuta (20.032).

El INE también publica un índice que facilita comparar la posición de cada región o cada comunidad con la media nacional. Para ello calcula un índice que para el conjunto nacional toma el valor de 100. Para regiones por encima de la media es superior a esa cifra e inferior en las regiones que tienen un PIC por debajo del promedio nacional. Así las cosas y visto desde Andalucía, el PIB pc andaluz lleva congelado tres años consecutivos en la misma posición sobre la media con un valor del 74%. Pero no es así para todas las regiones. Particularmente llama mucho la atención que en Cataluña el índice comparativo con la media nacional haya retrocedido al mismo valor de 2014 (119.0%), significativamente alejado del valor que muestra Madrid (135.1%). Es tentador atribuir esta evolución al daño económico que ha provocado el fallido golpe de Estado separatista por eso un análisis riguroso obliga a ensanchar el análisis para ver si otras variables apuntan en la misma dirección. Por ejemplo, de las más de 19 millones de declaraciones de IRPF que se presentan anualmente en España se deduce que la principal fuente de ingresos de los contribuyentes españoles procede de sus salarios. En consecuencia, estaría bien acudir a las estadísticas de ingresos tributarios de la Agencia Tributaria para ir al dato específico de las retenciones sobre los rendimientos del trabajo (salarios) y actividad profesional (autónomos). Pues bien, entre 2017 y 2018, tanto en Andalucía como en Madrid y Cataluña, la cifra aumentó pero a diferente ritmo. En Madrid al 7,1%, en Andalucía al 6,9% y en Cataluña al 5,8%. Estos datos van en línea con el retroceso de Cataluña en su posición con el resto de España; los ingresos de los trabajadores y autónomos residentes en Madrid aumentan a mayor velocidad de quienes residen en Cataluña. También en Andalucía aumentan más rápidamente que en Cataluña. Por cierto que la recaudación en Cataluña sigue estando absolutamente determinada por Tabarnia. Un solo dato ilustra esta afirmación. De los 16.636 millones de euros recaudados en Cataluña en concepto de IRPF, el 88,5% se recaudó en la provincia de Barcelona. En Andalucía los polos económicos y de recaudación siguen dividiéndose entre Sevilla y Málaga. En la primera provincia se recauda el 46,8% del IRPF y en la segunda el 18,7%.

Pero los datos fiscales también arrojan un dato afinado sobre cómo está evolucionando la residencia fiscal de los contribuyentes de mayor capacidad de pago. Si aceptamos que los estos contribuyentes son los que incluyen en sus declaraciones del IRPF unas retenciones más altas por rendimientos de capital, llama mucho la atención el desequilibrio entre regiones pues la velocidad a la que crece esta tributación en Madrid (12% entre 2017 y 2018) casi quintuplica el resultado para Cataluña. Lo anterior no descartaría un posible cambio de residencia fiscal de los contribuyentes de renta más alta desde Cataluña hacia otros destinos como Madrid. Esto, junto con un menor ritmo de crecimiento de las rentas salariales y de trabajadores autónomos, va en la misma línea de explicar por qué el índice de Cataluña que compara su posición en PIB pc con la media nacional ha retrocedido al mismo valor que tenía en 2014. También es coherente con lo anterior la información del Colegio de Registradores según la cual el número de sociedades constituidas en Cataluña entre 2017 y 2018 disminuyó un 5% mientras que en Madrid aumentó un 6,2%. Parece que en Cataluña ocurre aquello sobre lo que advertía la Reina a Alicia en Alicia a través del espejo: «Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio». No es Lewis Carroll sino el INE quien ha visto donde está Cataluña en mitad del bosque de España y resulta que está sentada en el mismo lugar que cuatro años atrás.

*José Manuel Cansino es catedrático de la Universidad de Sevilla y profesor de la Universidad Autónoma de Chile