Andalucía
Susana Díaz, de campaña electoral
Presume de inaugurar 11 centros hospitalarios en mes y medio y critica a Rajoy por abonar otro 50% de la paga extra de 2012
Quedan diez días para que se desvele definitivamente la incógnita de si habrá, como todo apunta, nuevas elecciones el próximo 26 de junio. Sin embargo, ya espuman los mensajes de campaña y las escenas electorales. El Gobierno central ha anunciado que abonará este mes a los funcionarios del Estado el último 50 por ciento de la paga extra recortada en 2012. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, criticó esta medida que entiende en clave de elecciones, pero metida también en ambiente de campaña.
Díaz inauguró ayer los nuevos servicios del hospital comarcal de Loja, en Granada. Aprovechó para hacer repaso de su intensa agenda de inauguraciones en las últimas semanas: en el último mes y medio, 11 de los 20 nuevos hospitales o centros de atención primaria prometidos.
Realmente el de Loja no es un centro nuevo. Se inauguró en primera instancia en el año 2011 para atender a 50.000 habitantes de ocho localidades granadinas y desde entonces ha ido añadiendo servicios con considerable retraso. Ahora suma los de urgencias y hospitalización.
Este carrusel de inauguraciones –totales o parciales– discurre sobre uno de los mensajes fuerza de Susana Díaz: la defensa de la sanidad y de los servicios sociales frente a los recortes y la falta de inversión del Gobierno central. La presidenta andaluza recalcó ayer, de hecho, en la visita a las instalaciones del centro granadino, la apuesta «contundente» de la Junta para garantizar la igualdad «ante la salud y la enfermedad», según recoge Efe. «La sanidad, pública y universal, hay que mimarla y cuidarla».
El anuncio del Gobierno de pagar a los funcionarios el 50 por ciento restante de la paga extra de 2012 no ha sentado bien a Díaz, pese a que muchos de esos funcionarios –policías nacionales, funcionarios de prisiones, jueces...– viven y tributan en Andalucía. Rajoy –entiende Díaz– carga a las comunidades autónomas sus medidas electorales y sus «regalitos fiscales».
La situación de Andalucía difiere de hecho diametralmente de la del Estado. Andalucía fue la última comunidad que pagó a sus funcionarios el pasado mes de febrero el primer 25 por ciento de la paga extra recortada en 2012. Queda por tanto en la recámara un 75 por ciento que no tiene ni fecha ni presupuesto concreto.
Esta actitud indigna a los funcionarios, toda vez que Díaz se reunió el pasado 15 de julio en el Palacio de San Telmo con los representantes de los principales sindicatos y les prometió que se pondría en marcha un calendario específico para la devolución de derechos. Incluso después de esa promesa, Díaz ha ratificado en sede parlamentaria que los empleados públicos recobrarían todos los derechos perdidos durante la crisis. Las últimas conquistas se reducen, sin embargo, a la recuperación de días de libre disposición.
En este terreno, por tanto, y dadas las evidentes diferencias de actuación entre el Gobierno y la Junta, el discurso de Díaz se debilita, de ahí que ayer prefiriera pasar al ataque contra el Gobierno, como también atacó con la no distribución ponderada de los márgenes de déficit entre las administraciones central y autonómica. La Junta, tras incumplir el déficit en 2015 en unos 600 millones, quiere que se flexibilice en medio punto el de este año. Precisamente el Gobierno anunció ayer mismo que elevará este margen a más del doble: del 0,3 al 0,7, el mismo tope que para 2015.
Tampoco escapa a la atención que la máxima mandataria andaluza hablara ayer de «fracaso» si se producen nuevas elecciones. «Demostraría que no se ha entendido lo que los ciudadanos han dicho en las urnas». Uno de los principales responsables de ese fracaso sería Pedro Sánchez, con quien Díaz mantiene un pulso –de momento soterrado– para hacerse con las riendas del PSOE.
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