Política

Cataluña

Todos iguales ante la ley

La Razón
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Es una máxima que hemos estado oyendo constantemente desde hace meses, primero con la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, posteriormente con las sentencias del Tribunal Supremo sobre los casos Gürtel y Nóos. No son pocos los que afirmaron que en ambos casos todo se quedaría en nada, que tanto el gobierno como la Casa Real intervendrían a saco a la hora de las sentencias. Algunos lo escribían y lo comentaban totalmente convencidos de que así iba a suceder. Son los que ven la conspiración de los poderosos en todo. Otros, quizás los peores, lo propagaban a sabiendas de que no sería así. El asunto hábilmente llevado daba para llenar muchas páginas, al tiempo que se le ponían piedras en el camino a la jefatura del Estado. Las sentencias han dejado las cosas claras, cristalinas. Efectivamente la ley es igual para todos, tanto que apoyándose en una sentencia, el Gobierno, que algunos afirmaron que tenía a los jueces en la palma de la mano, ha caído y el presidente del partido ha dimitido de todos sus cargos. Iñaki Urdangarin ha sido condenado prácticamente a la misma pena que recibió en primera instancia. Respecto a los independentistas catalanes han quedado cautivos y desarmados de sus mentiras, que con unos grandes apoyos populares que sus dirigentes han llegado a fanatizar, afirmaban que era el gobierno quien había metido en la cárcel a varios dirigentes y había obligado al exilio a otros tantos. Apuntaban que el gran culpable de todo era Rajoy y ahora que el bueno de Don Mariano ha bajado de la alta atalaya de la Moncloa y queda en las tranquilas playas de Santa Pola mientras escucha en la lejanía unas habaneras que traen las olas desde Torrevieja, en esa idílica vida, pero sin poder alguno, ejerce de registrador de la propiedad, el monstruo se les ha caído al suelo. Será por eso por lo que el ex presidente Más dejaba claro en una entrevista de La Sexta el pasado domingo que el Gobierno efectivamente no puede liberar a los presos, pero sí puede acercarlos a cárceles catalanas. Tendrán que fabricar otro monstruo, que a estos fanáticos les resulta más fácil que admitir la verdad.