Administración Pública
Transparencia, cuestión de voluntad
La Consejería de Presidencia ha organizado unas jornadas sobre transparencia que pretende que arrojen luz de cara a la ley que teóricamente aprobará el Parlamento en este periodo de sesiones. Cualquier iniciativa encaminada a mejorar la transparencia es bienvenida y, si consigue alumbrar alguno de los rincones oscuros de la Administración, mucho mejor. Sin embargo, no hace falta tanta escenificación. Lo que hace falta es tener voluntad y tomar medidas desde este mismo momento. No hay que esperar a la aprobación de ninguna ley ni a que la Mesa de los Partidos del «Pacto por Andalucía» consensúe un programa de actuación. Todos los partidos estarán de acuerdo en que hay que publicar las dietas y las cesantías de los altos cargos. Hoy mismo puede enviar el Ejecutivo andaluz un comunicado a los medios de comunicación o publicar los datos en internet para que todos los ciudadanos pueden consultarlos. ¿Hace falta elaborar una ley o reunir a varios de invitados en un acto público? No, claro que no. Hoy mismo puede también la Junta detallar cuántos empleados hay en cada empresa, fundación, agencia o consorcio, cuánto cobran y a qué se dedican y nos llevaríamos, por cierto, alguna sorpresa. ¿Hay que esperar a la ley de transparencia? La transparencia es más una cuestión de voluntad que de desarrollo normativo. De hecho, los países con mayor tradición en este terreno tienen un escueta regulación. La ley sueca es de 1766. Sirve fundamentalmente como declaración de principios. Lo importante es el compromiso del Gobierno sueco de llevar la transparencia a su funcionamiento diario.
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