Sevilla

Un careo por las contradicciones sobre la agresión a una militar

Los letrados de la soldado víctima de una violación múltiple en el cuartel de Bobadilla, a su llegada hoy al Tribunal Militar 21 de Sevilla
Los letrados de la soldado víctima de una violación múltiple en el cuartel de Bobadilla, a su llegada hoy al Tribunal Militar 21 de Sevillalarazon

El tribunal del Juzgado Togado Militar Territorial número 21, con sede en Sevilla, sometió ayer a un careo a los dos soldados que fueron citados a declarar como testigos en el procedimiento abierto tras la denuncia por una supuesta agresión sexual elevada el pasado mes de septiembre por la soldado militar del acuertelamiento de Bobadilla en Antequera (Málaga) que en diciembre denunció una presunta violación grupal por parte de compañeros del cuartel.

Por esta causa ya compareció en el juzgado tanto la denunciante como el presunto agresor, quien quedó en libertad con cargos. Unos hechos que la soldado relató cuando denunció haber sido presuntamente drogada y agredida sexualmente por varios compañeros durante la madrugada del 10 al 11 de diciembre.

Según la defensa, la jueza ha ordenado un careo entre ambos testigos al apreciar «contradicciones» entre sus referencias sobre lo visto y oído la noche en la que presuntamente se produjeron los abusos sexuales denunciados.

El representante legal mantuvo que la agresión sexual de la que fue víctima su cliente fue «absolutamente inconsentida» y se produjo en el interior de una de las habitaciones del acuartelamiento de Bobadilla. La denunciante manifestó en su denuncia que un compañero le cogió por el pasillo, le empezó a besar y le empujó hacia su habitación, donde el acoso fue a más pese a su negativa a mantener relaciones sexuales.

Ese mismo juzgado tutela el procedimiento abierto respecto a la presunta violación grupal ocurrida en diciembre en el mismo acuartelamiento, tras la celebración en un bar de Bobadilla de la festividad de la Patrona del Ejército del Aire.

La víctima, según la denuncia, sufrió tocamientos que le incomodaron por parte de algunos compañeros después de que notara un sabor extraño en su cerveza tras haber ido al cuarto de baño y comenzara a sentirse mal; en ese momento decidió volver al cuartel acompañada por un soldado amigo que la ayudó a ponerse el pijama y acostarse en la cama. El juzgado militar aún no ha practicado diligencias respecto a la presunta violación grupal ocurrida en diciembre en el mismo acuartelamiento. La jueza del tribunal militar ha decidido separar ambos procedimientos.