Andalucía

Un ejército de «ninis»: la quinta parte de los jóvenes andaluces lo era en 2015

El abandono temprano de la educación en la población entre 15 y 24 años también es «especialmente preocupante»

Se llama «nini» al joven que ni estudia ni trabaja
Se llama «nini» al joven que ni estudia ni trabajalarazon

El abandono temprano de la educación en la población entre 15 y 24 años también es «especialmente preocupante»

El término «nini» se acuñó para hacer referencia a los jóvenes que ni estudiaban ni trabajaban. Es el equivalente al acrónimo en inglés «NEET» para la expresión «not in employment, education or trainin». La fórmula original hacía alusión a aquéllos que de forma voluntaria decidían colocarse en esa circunstancia, pero la crisis económica provocó una eclosión de otros que, sin quererlo, no lograban acceder a un empleo ni se estaban formando. Muchos se vieron atrapados en los días de una vida lenta repetibles en bucle. En relación a ese colectivo, el informe titulado «El impacto de las crisis en las desigualdades de género en Andalucía: educación y trabajos. Un análisis para la acción» esconde un dato llamativo. Sus autores, los doctores universitarios y miembros del Observatorio de Género sobre Economía, Política y Desarrollo (GEP&DO), Julia Espinosa y Mauricio Matus, aseveran que «alrededor de la quinta parte de los hombres entre 15 y 24 años no estudiaba ni trabajaba» en la comunidad en 2015 y las mujeres de las misma franja de edad seguían «una pauta similar, muy por encima de los datos del contexto español y europeo». Los doctores resaltan que esa situación «pone de manifiesto una igualación en negativo de hombres y mujeres que requiere de una acción política específica orientada a dar respuesta a este problema crítico de la población joven andaluza». Esa realidad va ligada a otra que también se pone de relieve en el trabajo consultado por LA RAZÓN y al que se puede acceder en el sitio web www.observatoriodesigualdadandalucia.org: a diferencia de las tendencias europeas de nuevo y a pesar de su reducción en los últimos años, «el abandono temprano de la educación se manifiesta como una problemática especialmente preocupante en Andalucía y España». Así, en 2015, una cuarta parte de la población de la región y una quinta de la española de entre 18 y 24 años no completó la educación Secundaria de segunda etapa y no continuó con «ningún tipo» de estudio-formación, «duplicando la cifra europea (11%)». Una tendencia que es mayor entre los hombres y que los responsables del trabajo coordinado por Oxfam Intermón relacionan con «los diferentes roles, responsabilidades y pautas de comportamiento que se asignan a varones y a mujeres». Con todo, y al margen de esa «masculinización del abandono temprano», entre 2005 y 2015, en el mencionado trabajo consta que ha habido «un descenso progresivo del mismo, de forma más acentuada en Andalucía y España y en varones que en mujeres», lo que no implica que, el último dato oficial para la región no sea «especialmente alarmante en el contexto andaluz tanto en varones como en mujeres». «A grandes rasgos –se sostiene en el documento–, esta tendencia se explica por el colapso de la burbuja inmobiliaria española y su fuerte impacto en la destrucción de empleo en el sector de la construcción –altamente masculinizado– en los primeros años». Dicho de otro modo, el crack económico trajo consigo «un mayor mantenimiento en el sistema educativo ante la falta de alternativas en el mercado laboral».

Si bien, aunque se redujo el abandono escolar ligado al estallido de la crisis, aumentó el número de personas que ni estudiaban ni estaban empleadas entre 15 y 24 años y, específicamente, «el porcentaje de varones», que sobrepasó al de mujeres en el contexto español y andaluz, y no en el conjunto de la Unión Europea. Por lo que respecta a las mujeres, aunque fueron menos las que dejaron el sistema educativo, las que dieron el paso lo hicieron para «asumir trabajo de cuidado no remunerado» y, en ese sentido, presentaban «un porcentaje mayor» de «ninis».

Los bordes de ese dibujo parecen haberse suavizado en los últimos dos años. Desde la patronal de empresas de trabajo temporal Asempleo, por ejemplo, se ha asegurado que el número total de integrantes del colectivo aludido se ha reducido desde 2015 en España, siendo Andalucía una de las comunidades donde más habría caído, aunque ha crecido en conjunto el de «ninis» inactivos, los que ni estudian ni trabajan ni aspiran a hacerlo. Además, en un cuadro de indicadores sociales que la Comisión Europea hizo público la semana pasada, incluido en el informe conjunto de empleo de este año, España sale mal parada en el porcentaje de jóvenes que olvidaron su formación demasiado pronto, en torno al 20%, junto a otros países como Malta y Bulgaria, y frente al 10,7% de media en la UE. Lo mismo sucede con la tasa de «ninis» que es del 11,6% en la Unión y del 14,8 en España, o en otros parámetros como el riesgo de pobreza o exclusión, en los que el dato también es peor al de la media europea. Mejorar aún más esos porcentajes podría ser un buen bálsamo para combatir la desigualdad.