Andalucía

Una década de travesía del desierto para el empleo juvenil

Los menores de 30 años han pasado de liderar la ocupación laboral en 2007 a que actualmente uno de cada tres acumule más de dos años sin encontrar trabajo

Quienes tienen menos de 25 años son los que mayores dificultades encuentran para trabajar
Quienes tienen menos de 25 años son los que mayores dificultades encuentran para trabajarlarazon

Si la Encuesta de Población Activa (EPA) fijara una tasa de paro juvenil del 18,4% en el próximo semestre, la explicación más plausible sería que el calendario se ha desplazado diez años atrás y nos encontramos en 2007. La realidad es otra: Andalucía sigue marcando máximos en cuanto a desempleo se refiere, especialmente para los jóvenes. En la franja de menores de 25, el paro afecta al 55%.

Andalucía tiene censados actualmente 319.000 jóvenes menos que en 2007. Los 1,73 millones de de entonces suponían el 21,5% de la población andaluza (8.059.000); mientras los habitantes se han incrementado, el peso de los jóvenes ha caído estrepitosamente hasta suponer el 16,8%. Ahora son 1,41 millones los que integran el colectivo con mayores dificultades para hacerse un hueco en el mercado laboral.

Los jóvenes son la gran asignatura pendiente de los gobiernos en la lucha contra el paro. Medidas activadas como el Sistema de Garantía Juvenil –con 140.000 inscritos que ni estudian ni trabajan– o el Bono de Empleo Joven –la previsión es bonificar 14.600 nuevos contratos– son una muestra de que tanto el Gobierno central como la Junta están errando en sus políticas. Y de nuevo la EPA confirma que los jóvenes siguen soportando la peor parte.

El último informe del Observatorio Juvenil estatal, relativo al segundo semestre de 2016, arrojaba que la mitad de quienes buscan empleo llevan más de un año haciéndolo. Uno de cada tres jóvenes suma dos años o más inmerso en esa travesía del desierto en que se ha convertido la búsqueda de trabajo. La EPA de 2007 situaba la tasa de empleo en este sector en el 52,75%, siendo superior a la tasa de registrada por el total de población andaluza (49,06%). La tasa de paro estaba entonces en el 18,41%. Málaga presumía entonces de ser la provincia con menor tasa (12,37%); Huelva y Cádiz la encabezaban con un 22%, cifras que firmarían actualmente. Ahora, tan sólo el 29,8% de los jóvenes de 16 a 29 años tiene ocupación. Al año siguiente, todavía se registraron cifras más bajas, el 16,7% de tasa de paro media. Una utopía si se mira desde la perspectiva actual, con prácticamente la mitad desempleados.

Al crecimiento constante del paro, se han ido agregando circunstancias como la alta precarización de los contratos y los bajos sueldos. El mismo informe del pasado año, señala que Andalucía ostenta la mayor tasa de temporalidad de España y el tercer porcentaje de sobrecualificación más abultado. Esto ha provocado la progresiva disminución del nivel adquisitivo de la población joven asalariada: en 2015, el 55,1% se encontraba por debajo del umbral de pobreza; situación que afectaba, sobre todo, a las personas jóvenes paradas e inactivas, pero que también salpica al 36,2% de los jóvenes con trabajo. La emancipación no es una opción para la mayoría de ellos: solo logran hacerlo dos de cada diez, un porcentaje que también retrocedió en el último año.

«Los datos de actividad y empleo amplían la brecha de exclusión del mercado laboral de la población joven. En términos relativos se observa una disminución de la tasa de actividad mayor que la presentada en el conjunto de España, un aumento del porcentaje de personas jóvenes inactivas y una disminución anual del 4,56% en la tasa de empleo», según el Observatorio. En el último año, el número de desempelados cayó en términos absolutos, pero la tada de empleo aumentó un punto.

El panorama respecto a 2007 ha variado en otros aspectos. Hace diez años, la inmensa mayoría (72%) de quienes accedían a un puesto de trabajo tenía estudios secundarios. Ahora, son jóvenes sin estudios o que solo han completado la educación obligatoria los que encuentran más opciones laborales (22%). El único indicador en el que Andalucía camina a contracorriente es el autoempleo. Al contrario de lo que sucede en el conjunto de España, los autónomos menores de 30 aumentaron un 16% –suponen casi el 8% del general–.

La EPA confirma que la travesía continúa: uno de cada diez parados sigue teniendo menos de 25 años. A nivel general, Andalucía aporta una cuarta parte de los desempleados en España y, de ellos, el 35% ha agotado sus prestaciones. La única buena noticia es que los parados ya no se cuentan con siete cifras y se sitúan en 883.000 (tal y como recoge el número de inscritos en el Inem del cierre de diciembre), aunque la bajada anual sigue por debajo del ritmo que marca el resto del país.