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Málaga

Una joya natural de interior

El «Caminito del Rey» se convierte en el principal atractivo de la comarca del Valle delGuadalhorce, en la que podemos descubrir pueblos con valiosas construcciones defensivas

Una joya natural de interior
Una joya natural de interiorlarazon

El «Caminito del Rey» se convierte en el principal atractivo de la comarca del Valle del
Guadalhorce, en la que podemos descubrir pueblos con valiosas construcciones defensivas

En esta cuarta entrega nos adentramos en las comarcas de Sierra de las Nieves, Guadalteba y Valle del Guadalhorce, con paisajes diversos y atractivos turísticos que no dejan indiferente al visitante. La Gran Senda atraviesa pueblos con encanto y enclaves que ya se han convertido en todo un referente por su riqueza natural, como el «Caminito del Rey» y el Desfiladero de los Gaitanes. El punto de inicio lo situamos a los pies del cerro de la Veleta, bajo la mirada del castillo de Al-Mundat. Se trata del municipio de Monda, enclavado en la Sierra de las Nieves y declarado Bien de Interés Cultural. Su valioso pasado asoma por cada rincón. Desde la iglesia de Santiago Apóstol, el altar del Calvario o la antigua calzada romana. El castillo antes mencionado fue construido durante el siglo IX sobre las ruinas de una fortaleza de origen romano. Pero poco queda de la construcción original. Ahora es un hotel de estética castrense.

A pocos kilómetros de las playas de Marbella llegamos a Ojén, municipio de origen morisco que celebra anualmente uno de los festivales de música independiente más importantes a nivel nacional: «Ojeando». En su pintoresco entramado de calles destacan la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, la Fuente de los Chorros o el Museo del Molino de Aceite, que exhibe maquinarias originales. Las Cuevas de Ojén constituyen un paraje de excepcional valor. Se trata de un monumento natural de origen kárstico, vinculado a la vida del pueblo desde hace siglos. Ahora forman parte de un jardín donde se celebran conciertos y eventos diversos.

Entre el Campo de Gibraltar y la Serranía de Ronda se sitúa Casares, que conserva lo mejor de todas las civilizaciones que han pasado por ese lugar. De obligada visita es la casa natal de Blas Infante, padre de la patria andaluza, donde encontramos retazos de su vida y obra. En la parte más alta del pueblo se alza el Castillo de Casares, sobre un abrupto macizo de roca caliza. Todavía se conservan algunas torres, tramos de muralla y dos puertas, conocidas como los arcos del Arrabal y de la Villa. La iglesia de la Encarnación, o la ermita de San Sebastián son otros puntos interesantes.

Pasamos a la comarca de Guadalteba, caracterizada por sus parajes naturales y sus pueblos blancos de interior. El recorrido por la Gran Senda lo empezamos en Campillos, jalonado por yacimientos arqueológicos y la reserva natural de Lagunas de Campillos, rodeada de una fabulosa naturaleza. En el interior del pueblo destacan la iglesia de Santa María del Reposo, que tiene su origen en 1506, y un conjunto de cuatro ermitas históricas: las de San Benito, Santa Ana, San Sebastián y Nuestra Señora de Belén. Un enclave curioso es la Necrópolis de las Aguilillas, un cementerio de unos 4.000 años excavado dentro de una roca. Álora es la siguiente parada, en pleno Valle del Guadalhorce, un municipio con reminiscencias árabes, visigodas, romanas y fenicias. Su castillo o el museo municipal Rafael Leira, de gran interés arqueológico, son algunas de las visitas sugeridas. Muy cerca aparece el gran atractivo natural de esta entrega, el «Caminito del Rey», que recorre de manera casi imposible el Desfiladero de los Gaitanes. Se trata de una pasarela peatonal de más de 3 kilómetros –además de 4,8 kilómetros de accesos– adosada a la roca en el interior de un cañón, con tramos de una anchura de apenas un metro y colgando hasta 105 metros de altura sobre el río Guadalhorce. Los trabajos de rehabilitación finalizaron el primer trimestre de 2015 y se reabrió a finales de marzo de ese mismo año, despertando gran expectación entre el público.

La Gran Senda discurre posteriormente por Carratraca, con su elegante balneario alojado en un interesante edificio neoclásico. Es muy original también su plaza de toros, cuyo graderío se asienta sobre la roca. En Ardales destacan las ruinas de Bobastro, un vestigio del siglo IX formado por una construcción defensiva y un templo, excavado en la roca. También los recintos amurallados del castillo de la Peña y de Turón. La travesía la culminamos en El Burgo, con su iglesia de la Encarnación construida en el siglo XVI sobre una antigua mezquita árabe. Para tener una excelente visión panorámica del municipio hay que acudir al monumento-mirador al guarda forestal, a 900 metros sobre el nivel del mar.