Una oficina de la Tesorería de Sevilla exhibe a Rajoy como la Virgen de Fátima

Al menos desde abril, quienes hayan pasado por la sede de la Tesorería de la Seguridad Social en la calle Gonzalo Bilbao de Sevilla se han topado con una imagen «diferente» del presidente Mariano Rajoy. Entre dos puestos de atención al público, prácticamente a la entrada y a la vista de todos –incluido el responsable de dicha oficina, que tiene que atravesar la estancia para llegar hasta su despacho–. El montaje, que empezó a circular por internet el pasado año, está colocado en un portarretratos. En él puede verse al presidente del Gobierno ataviado como la Virgen de Fátima: con un velo blanco sobre fondo azul y el característico sagrado corazón sobreimpresionado en el pecho.

Su exhibición no es por tanto casual. Tampoco parece llamar en exceso la atención de los ciudadanos que acuden a resolver trámites ante la atenta mirada del jefe del Ejecutivo. Un vistazo y poco más; ni sorpresa ni rechazo, ni siquiera un comentario al respecto.

En cuanto a la autoría de la iniciativa, no ha trascendido. De hecho, como en otras sedes de organismos públicos, no es la única evidencia del malestar por las medidas adoptadas por el Gobierno del PP que «adorna» las dependencias de la Tesorería. En esa oficina en concreto, en las paredes hay colgados diferentes carteles de protesta –como la ya famosa esquela «RIP, servicios públicos» o una denuncia contra el alto coste de la externalización de servicios–, aunque ninguno alcanza el grado de ofensa del montaje hecho con el rostro de Rajoy. Trabajadores y responsables amparan esta ridiculización del jefe del Ejecutivo, derivada del evidente descontento de los funcionarios por los recortes de los que han sido objeto. Los tijeretazos a los empleados públicos empezaron con el 5 por ciento de disminución del sueldo en 2010. Un recorte en principio temporal adoptado por el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que se consolidó y sumó la congelación de las nóminas en los ejercicios posteriores. La supresión de la paga extra de la pasada Navidad acabó por encender los ánimos.

El antecedente de Wert en un instituto de Alcalá de Guadaíra

El pasado 18 de febrero, una imagen del ministro José Ignacio Wert con dos tiros en la frente y sangre chorreándole por la cara –ambas cosas pintadas con rotulador rojo sobre una fotocopia– era retirada de un instituto público de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). La fotografía, también en un marco y colgada en la pared, fue denunciada por un miembro del consejo escolar del centro al considerar que incitaba a la violencia contra el actual ministro de Educación. La imagen estuvo colgada en la sala de profesores del IES Leonor de Guzmán al menos un mes. La delegada de Educación del Ayuntamiento, Ana Belén González –a su vez jefa de estudios de dicho instituto–, se amparó entonces en la «libertad de expresión» para no descolgar la foto cuando se le requirió. Tuvo que ser la consejera de Educación, Mar Moreno, quien pusiera cordura al calificar el hecho de «anécdota con mal gusto», una vez suprimida, dando por zanjada la polémica.