Vestir de corto

Al final de la temporada, suelen anunciarse destacados festivales, donde los toreros tienen la costumbre de vestir de corto. Y decimos costumbre, porque también le dio a alguno por vestir (o disfrazarse) de calle, cosa que no procede en este tipo de festejos. Vestir de corto puede resultar fácil. De hecho, muchos andaluces lo hacen en sus feria y romerías. Y, sin embargo, resulta difícil ver a un torero correctamente vestido. El traje de corto campero debe ser siempre de colores sufridos, preferentemente en tonos grises, negros o marrones. En el campo, como prenda de trabajo, se viste con botos, pantalón o calzona de vuelta y zahones. Cuando los ganaderos y gente del campo andaluz iban a la feria, sacaban sus mejores galas. Y entonces, se vestía de lujo. Con chaquetilla de solapa o chupa de terciopelo, calzona oscura con caireles de plata y polainas o botines repujados. En los festivales taurinos, también es común vestir al estilo de los bailaores flamencos. Esto es, con pantalón negro liso que llega hasta la bota negra de caña corta. Como lo hacía Curro Romero. Y también son clásica las chaquetillas en tonos burdeos, azul marino y verde botella. El torero siempre debe hacer el paseíllo con el sombrero calado. Y parar el toro con el sombrero de ala ancha puesto. Los banderilleros, deben llevar siempre su gorra campera. Las telas de espiga, pata de gallo y ojo de perdiz, son habituales en el traje de corto. Muchos recordamos esa estampa de Rafael de Paula con una chaquetilla de Príncipe de Gales y el sombrero de ala ancha gris, perfectamente encajado. O Manzanares padre de traje azul y polainas, andando con torería por la plaza. El mejor espejo de cómo vestir de corto lo encontramos en los clásicos: Juan Belmonte, Joselito «El Gallo» y Manolete.