Abascal apuesta por volver a la provincia para gestionar servicios

El líder de Vox, Santiago Abascal, participó ayer en Valladolid en el ciclo informativo «Tus candidatos a fondo», organizado por la Agencia Ical, y por el que han pasado ya todos los candidatos de los principales partidos que aspiran a gobernar España, excepto Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, que ha rechazado la invitación, según desvelaba Luis Miguel Torres, director de la agencia, al finalizar el encuentro.

Allí, fiel a su estilo, directo y sin rodeos, Santiago Abascal respondía a todas y cada una de las preguntas que le formulaban el director de El Norte de Castilla, Ángel Ortiz; la redactora de CyLTV, Carmen Ibáñez, y el responsable nacional del Grupo Promecal, Óscar del Hoyo.

Entre ellas, una sobre su polémica propuesta de acabar con el modelo autonómico. Al respecto, Abascal insistía en que la España de las autonomías «ha resultado fallida». Entre otras cosas, decía, «porque premia a las regiones que traicionan a España y castiga a las que han gestionado bien sus servicios, como Castilla y León». En este sentido, el presidente de Vox se mostraba partidario de volver a la provincia como entidad administrativa para la gestión de los servicios a los ciudadanos y en los pueblos. «Es un sistema que ha demostrado en España que funciona», destacaba. Asimismo, defendía su apuesta por recentralizar competencias como la Sanidad, la Educación, Interior y Justicia, y reivindicaba un estado unitario con un solo gobierno y un solo Parlamento. Y aunque reconocía que acabar con la España de las autonomías no es fácil ni se podrá hacer a corto plazo, Abascal afirmaba que en el debate sobre el futuro modelo de financiación autonómica que tanto demanda esta Comunidad para asegurar el Estado del Bienestar, votará sí a que en el nuevo modelo se incluyan las variables de la despoblación el envejecimiento y la dispersión territorial, que es la postura que defiende esta Región para poder lograr más recursos.

En cuanto a sus propuestas, su prioridad es «restablecer» el orden constitucional en Cataluña. «Si España se rompe no habrá ni Constitución, ni democracia ni economía que valga, porque no habrá nada más de qué hablar», advertía Abascal. También apostaba por reformar el sistema electoral en el que cada voto valga lo mismo independientemente del lugar así como por una revolución fiscal que beneficiará al 95 por ciento de los contribuyentes y el cien por cien para las rentas del trabajo, «porque quien produce no puede estar acosado por impuestos», con especial hincapié en las familias y la natalidad para combatir la despoblación.

Y defendía las culturas y tradiciones del medio rural, como es el caso de la caza, como motor económico y de fijación de población. «En Vox somos previsibles; los españoles lo saben y eso es bueno», sentenciaba.