Castilla y León
Aumentan los ictus entre castellanos y leoneses hasta los 5.600 en un año
Sanidad busca modelos eficaces en la asistencia de casos en fase aguda e incorporar las últimas terapias.
Sanidad busca modelos eficaces en la asistencia de casos en fase aguda e incorporar las últimas terapias.
El ictus es un daño cardiovascular que va en aumento, ya que afectó a 5.600 personas durante el año 2015 en Castilla y León, según se supo ayer con motivo de la celebración del día mundial de esta enfermedad.
La Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid organizó un seminario con alumnos y profesionales para abordar este problema y, según explicó a los medios de comunicación el consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, la atención de ictus es una «prioridad» para la Consejería desde que en 2003 se creara un grupo de trabajo, integrado por «las especialidades implicadas» en el diagnóstico, asistencia y seguimiento de estos accidentes.
Así lo subrayó el consejero, quien seguró que en lo que va de año se han atendido 4.039 de estos casos en la Comunidad, que tiene una incidencia anual de unos 200 afectados por cada 100.000 habitantes y que constituye «una de las principales causas de mortalidad» de los castellanos y leoneses.
Pero el ictus no solamente es un problema potencialmente mortal, sino que, además, los que lo sufren suelen ver su calidad de vida «muy mermada», pues también es la primera causa de discapacidad, la segunda de demencia y epilepsia.
De este modo, una actuación precoz es «esencial» para disminuir los «riesgos mortales y más graves» de los ictus. Para ello, en el año 2009 el Ejecutivo autonómico impulsó el «código ictus», similar al «código infarto», que tiene como fin «mejorar la organización y coordinación extrahospitalaria de esta enfermedad».
Asimismo, el Plan IV de Salud (2006-2016), según aseguró Sáez Aguado, sigue «impulsando» el avance en la atención a las enfermedades cardiovasculares, ya que la mayoría de los factores de riesgo de ictus «pueden controlarse».
Factores como el «sedentarismo, la obesidad o la hipertensión» son peligrosos y son un «denominador común» en los casos de ictus, aunque otros como la edad «no son controlables».
La Federación Española del Ictus (FEI) afirma que cada seis minutos se produce un caso en España, la mayoría de ellos en pobalción mayor de 65 años, lo que hace que en Castilla y León, con una población envejecida, sea una enfermedad «muy a tener en cuenta», concluyó el consejero.
Una de esas unidades especializadas en este tipo de daño cardiovascular que se creó en la Comunidad para tratar estos accidentes es la Unidad del Ictuys del Hospital Clínico de Valladolid, que está dirigida por el doctor Juan Francisco Arenillas, quien estuvo presente en la mencionada charla.
Según relató el doctor Arenillas, en los últimos 15 años se ha creado una «hoja de ruta» que ha cambiado «radicalmente» la forma de ver y tratar los ictus, con tratamientos «más eficaces y rápidos» que ayudan a reducir el nivel de mortalidad de estos episodios.
Además, el doctor afirmó que las investigaciones científicas en el campo neuronal necesitan «más inversiones».
En la actualidad, la Comunidad dispone de cuatro unidades de ictus ubicadas en los complejos asistenciales de León, Burgos, Salamanca y el Clínico de Valladolid. Estos centros cuentan con una unidad de ingreso y personal específico para la asistencia de estos accidente, con un neurólogo experto 24 horas y con una cartera de prestaciones diagnósticas y terapeúticas específicas que reducen la probabilidad de fallecer.
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