Castilla y León
Carriedo se muestra convencido de que se llegará al millón de ocupados en 2019
A pesar de ello, el consejero reconoce que todavía hay muchos castellanos y leoneses que quieren trabajar pero no pueden y que hay que mejorar en la calidad del empleo
Cuando comenzó la presente legislatura, Castilla y León contaba con algo más de 913.000 ocupados. Y en estos dos años la cifra ha aumentado en cerca de 62.000, por lo que apenas faltarían sumar otros 25.000 más para que en 2019 nuestra Comunidad cuente con un millón de personas trabajando, que es a lo que se comprometió el presidente Herrera en su investidura. Una cantidad que, teniendo en cuenta la «buena marcha del empleo», el descenso ocho años después del umbral de los 165.000 parados o el incremento en cerca de 30.000 los afiliados a la Seguridad Social en lo que llevamos de mandato, hace en el Gobierno regional sean optimistas de cara a alcanzar esta cifra del millón de ocupados en menos de dos años.
Estas son las cuentas que hacía ayer el consejero de Empleo, Carlos Fernández Carriedo, durante su comparecencia en las Cortes para dar cuenta de su gestión en estos dos años-uno en su caso, ya que sustituyó en el cargo a Rosa Valdeón en septiembre de 2016-.
Un tiempo que resume en más empleo y menos paro, en el que destaca que se ha conseguido recuperar la riqueza perdida durante los años de crisis, pero en el que reconoce que queda mucho por hacer, especialmente en la calidad del empleo y en conseguir que la recuperación llegue a todos los ciudadanos, sobre todo a los que más han sufrido los efectos de la recesión. «Todavía hay muchos castellanos y leoneses que quieren trabajar y no pueden», señalaba Fernández Carriedo, quien llamaba a seguir trabajando a través del Diálogo Social y de la Estrategia Integrada de Empleo 2020, así como a insistir en la formación y la cualificación profesional, entre otras medidas, para lograr estos objetivos.
Despoblación
El problema de la despoblación y lo que está haciendo el Gobierno regional para combatirla y paliar sus efectos, centraba también buena parte de la intervención del consejero en las Cortes.
Al respecto, Fernández Carriedo reconocía que la despoblación es un «serio problema» en el que hay que hacer «mucho más» de lo que se está haciendo. Si bien, defendía la gestión llevada acabo por el Gobierno popular de Juan Vicente Herrera «elevando este problema a España y la Europa de la Unión», y buscando apoyos con otros territorios para conseguir fondos que sirvan para hacer frente a este problema.
«Creemos que hemos cumplido los objetivos que nos marcamos al inicio de la legislatura en cuanto a la lucha contra la despoblación», decía el consejero, a la vez que ponía en valor el «liderazgo» de la Junta en las políticas demográficas españolas y europeas.
Respecto a lo que resta de mandato, Fernández Carriedo apuntaba a seguir insistiendo en ese papel de liderazgo en el debate demográfico, e insistía en que crear empleo y de calidad es la mejor forma de frenar esta pérdida poblacional.
En este sentido, ponía como ejemplo que entre los años 2000 y 2008, una época de bonanza económica en España, Castilla y León ganó más de 80.000 personas.
Precariedad, la mayor debilidad
Precariedad y temporalidad. Estas dos palabras eran las más utilizadas por la oposición para calificar la gestión de la Junta en materia de empleo en estos dos años. «Es la gran debilidad» de la Comunidad, decía el socialista Óscar Álvarez, quien criticaba también la ausencia de autocrítica en el discurso de Carriedo. Ciudadanos, por su parte, echaba en cara la situación del desempleo juvenil y pedía medidas, mientras que en Podemos afeaban el «ficticio optimismo» económico de la Junta, «donde solo ganan unos pocos mientras la mayoría se empobrece».
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