Política

Cataluña, siempre España

La Razón
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Acaban de terminar las elecciones en Cataluña. Lo que voy a decir será muy incorrecto políticamente, pero es que desgraciadamente la política se está volviendo incorrecta, o al menos, quiero seguir creyendo, una parte de la política, que ha dejado de velar por los intereses generales y el bien común, y solo piensa en intereses egoístas, nada que ver con la representación responsable del mandato otorgado, ni en el bien supremo de España. En Cataluña, se ha quebrado la constitución y la ley de forma gravísima, atentando contra toda la ciudadanía. Esto no es una broma ni nada que se resuelva con unas elecciones, y sobre todo cuando los medios de comunicación sediciosos y golpistas siguen campando a sus anchas y la educación sigue siendo sectaria. ¿Qué elecciones libres se pueden hacer así? ¿Qué elecciones se pueden hacer en una comunidad cuyos partidos independentistas, sus asociaciones civiles afines y sus medios de comunicación, con presupuesto de todos los españoles, solo tienen el mensaje de que España les roba y vender la falacia de que la policía les ataca? Podríamos seguir con muchos argumentos que emplean constantemente para convertir la mentira en verdad. Es algo inmoral por parte de sus dirigentes con las anteriores o actuales siglas, estrategias y alianzas cualesquiera que sean, antes de las elecciones y mañana tras ellas. El asunto es muy grave. Unos dirigentes, partidos, sectores afines, y medios, que han dado un golpe de estado institucional y que, tras las elecciones, siguen en ese golpe, sin rectificación ninguna, es de una gravedad, no conocida en democracia, saltándose con sus declaraciones lo que es el respeto a la ley y a la constitución, de donde emana curiosamente su existencia, y estando en cargos institucionales, pudiendo ostentarlos, precisamente, y solo gracias a ella. Personas, partidos, asociaciones civiles y medios, que han transgredido permanentemente la ley, que han cometido sedición y rebelión, y que, tras las elecciones, retan al estado y a la democracia en sus primeras declaraciones y provocan una preocupante alarma social. La actuación demostrada con sistemas neonazis, o neoestalinistas, es una realidad que ha quedado al descubierto y el miedo existe en una sociedad largamente manipulada maquiavélicamente. Están todos los independentistas absolutamente deslegitimados, pues no pueden utilizar las reglas democráticas que les permiten existir como representantes de las instituciones, para armar una estrategia muy bien tramada, y servirse ayer de la transgresión de la ley democrática y de la Constitución, para organizar un referéndum ilegal, la independencia y la republica de Cataluña, como si no pasara nada, y mañana servirse también de la Democracia y de la Constitución para participar en unas elecciones, y que independientemente de los resultados, mantengan su hoja de ruta, de sedición, de rebelión, de independencia y de proclamación de la república. ¿Alguien imagina que esto pudiera producirse en un país democrático europeo o en Estados Unidos, despreciando a las instituciones de la Nación, retando al Presidente del Gobierno o al Jefe del Estado? Es sencillamente inadmisible y crea un precedente peligroso para España y para el resto de Europa. La Democracia no está reñida con la firmeza de planteamientos para defender desde la política la libertad, la unidad, la honestidad, la verdad, la historia, el bien común, el interés general, La Paz, y por supuesto la ley. El independentismo y el populismo no tienen valores ni principios, ni cumplen con las reglas democráticas. Utilizan a los demócratas y a la Democracia, para astutamente, con dobles lenguajes, artimañas de todo tipo, destruir una sociedad, abducirla y beneficiarse espureamente de ella. Han de terminarse las contemplaciones. Lo primero es el interés general y social de los catalanes, y por tanto el mismo interés general y social del resto de los españoles, que se están viendo directa y gravemente afectados. Es inadmisible. Nuestra democracia no lo merece y no cabe el mínimo riesgo con la unidad de España.

*Conde de Ripalda y presidente del Foro Soria 21