Castilla y León
El senderismo de montaña crece en Castilla y León como opción familiar
Cada vez más optan por esta modalidad deportiva, que ofrece atractivas rutas para todas las capacidades
Con la llegada de unas temperaturas más frescas y varios festivos de aquí a Navidad, las rutas senderistas de montaña que ofrece Castilla y León se llenan de expertos, pero también hay cabida para las familias que buscan disfrutar de la naturaleza.
Por la orografía del terreno, todas las provincias excepto Valladolid cuentan con paseos que, con pequeños desniveles accesibles para todas las edades, permiten avistar algunos de los valles más bonitos de la Comunidad o sus bosques más llamativos.
En León, desde la población de Pueblo de Lillo, en el Valle del Porma, nace una ruta de doce kilómetros que lleva al andarín hasta el Lago de Isoba, de origen glaciar, pasando por el robledal de Polvoredo y unas antiguas minas de talco.
El atractivo de los lagos y cascadas se revela como reclamo en muchas otras localidades, como la zamorana Sotillo de Sanabria, desde donde sale uno de los senderos más frecuentados de esta zona que, según las capacidades de los caminantes, se puede hacer en tres o en cinco horas, hasta las Cascadas de Sotillo o hasta la laguna del mismo nombre, respectivamente.
También resulta especialmente accesible la ruta del Chorro de las Batuecas, de ocho kilómetros, en el municipio salmantino de La Alberca. Para acceder a este paraje hay que seguir un sendero entre fresnos, alisos y muchas otras especies. Por el camino se pueden observar también dos abrigos naturales con pinturas rupestres.
La Montaña Palentina ofrece un sinfín de posibilidades para todos los niveles, pero una de las más llamativas para hacer en familia puede ser la de Peña Mesa, que sale desde Villaescusa de las Torres y, por un sendero entre pasillos y túneles rocosos, lleva hasta una cumbre de peculiar forma (mesa para unos, seta para otros) que es el símbolo más representativo de Las Tuerces.
También la silueta del Canto de la Muela recorta el horizonte en el municipio abulense de Navalmoral de la Sierra, desde donde sale un sendero que lleva hasta este montículo y hacia la Peña del Calvario, una mole de cuarzo blanco con granito que se alza como un mirador espectacular de toda la zona.
Gargantas y cuevas
Algo más difícil es el camino burgalesa de Tudanca de Ebro. A pesar de su longitud (siete kilómetros) es digno de recorrerse al pasar por la garganta de las Palancas, y llevar al caminante hasta la iglesia románica de San Miguel de Cornezuelo.
Por otro lado, la soriana ruta de la Cuerda de Graja aúna varios atractivos a lo largo del sendero. Así, lleva al andarín a Castroviejo, un paraje natural donde las rocas presentan formas sorprendentes, y Cueva Serena, una cavidad natural cuya entrada queda parcialmente cubierta por una cascada, doblando su belleza.
Finalmente, Segovia ofrece un pequeño paseo muy transitado con suave desnivel y menos de dos kilómetros que llega desde Navafría hasta una cascada, denominada El Chorro, que en otoño es especialmente bella.
Equipo adecuado y batería cargada
Para no sufrir efectos secundarios no deseados al hacer senderismo es importante tener en cuenta algunos consejos de los expertos. Así, recomiendan un calzado de suela dura que impida que se claven piedras u otros objetos en la planta del pie, del mismo modo que advierten que es mejor optar por un número mayor al nuestro, para que no haga daño a los dedos en los descensos pronunciados. Por otro lado, siempre se debe ir provisto de agua y alimentos para reponer fuerzas y del móvil con la batería cargada por si fuera necesario su uso para emergencias.
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