El Zangarrón de Sanzoles inaugura el ciclo de las Mascaradas en Zamora

El Zangarrón de Sanzoles y otras cuatro mascaradas tradicionales han abierto el ciclo de fiestas de máscaras de la provincia de Zamora, que en la mayor parte de los casos se encuentran protagonizadas por quintos y jóvenes de pequeños municipios que simbolizan así su paso a la edad adulta.

Este año, en Sanzoles, el personaje ha estado interpretado por el joven Aitor Arribas, que ha pedido el aguinaldo por las calles de este municipio acompañado por un cortejo formado por dos mayordomos, cuatro bailaoras, dos tocadores, tres asadores, quienes al ritmo de la música de flauta y tamboril han realizado el «Baile del Niño».

Tras pedir donaciones a lo largo de la mañana, al mediodía todos los personajes de esta mascarada se han vuelto a juntar para, tras la misa en honor de San Esteban, volver a efectuar dicho baile.

A lo largo de toda la jornada, el Zangarrón ha vestido una indumentaria formada por pantalón y chaqueta de cuadros blancos y marrones, medias blancas y rojas, un mandil de colores vivos y cencerros atados con un cinturón a la espalda.

La careta de color negro con nariz roja o perilla, la peluca hecha con cintas de telas de colores y el palo con tres vejigas de cerdo hinchadas atadas a un extremo que sujeta en una mano han completado el atrezo del Zangarrón.

El origen de esta fiesta, según una leyenda popular, se encuentra en una peste que sufrió el municipio y que despertó las iras de los vecinos contra San Esteban por no librarles de ella, por lo que cuando el santo fue sacado en procesión algunos comenzaron a apedrear la talla y la aparición en ese momento del Zangarrón con sus llamativas prensas aplacó los ánimos.

En el arranque del ciclo de mascaradas tradicionales de invierno de la provincia de Zamora se han escenificado otras celebraciones como la del Tafarrón de Pozuelo de Tábara. Habrá más a partir del 1 de enero en los municipios de Montamarta, Riofrío de Aliste, Sarracín y Abejera.